Modernizar edificaciones, clave para reducir la demanda global de energía
El 75% de las construcciones que habrá en 2050 ya existen, por lo que es vital impulsar acciones que mejoren su eficiencia energética. En Chile, comienzan a implementarse programas piloto en el sector público, así como medidas para que los nuevos inmuebles cuenten con certificación verde.
En un 12% podría disminuir la demanda global de energía si se lograra que los edificios fueran más eficientes en términos energéticos, ya que estos representan alrededor del 30% del requerimiento mundial y un tercio de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI), derivadas de la construcción, iluminación, calefacción, refrigeración y mantenimiento de equipos.
Esta es una de las conclusiones más importantes de la edición 2024 de Transforming Energy Demand (Transformando la demanda de energía) del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), que propone acciones que podrían reducir el requerimiento energético de las edificaciones en cerca de un 38%, repercutiendo en una baja de 12% en la demanda global de energía. Dichas intervenciones apuntan a mejorar la intensidad energética de los edificios existentes (modernización); construcciones nuevas (edificios ecológicos), y eliminación de las antiguas.
El 75% de las construcciones que estarán de pie en 2050 ya existen, por lo que la modernización (retrofitting, en inglés) es clave para generar un impacto significativo y rápido, dice el WEF, destacando que además reduce las enfermedades del personal, mejora la productividad de los empleados y puede crear 3,2 millones de nuevos empleos al año.
Si bien reconoce que el costo de renovar los edificios ‘sigue siendo una barrera para el progreso’, el reporte propone cinco caminos de solución: planes de financiamiento sin intereses, con reembolsos a través de las facturas de energía durante cinco años máximo; modelos de energía como servicio; pólizas de seguro contra riesgos mantenidas conjuntamente por propietarios, modernizadores y aseguradores; cooperación con las autoridades de la ciudad, colegios técnicos y universidades para garantizar la disponibilidad de talentos calificados, y colaboración dentro de los ecosistemas industriales para asegurar el suministro de materiales y servicios de reciclaje.
En el caso de los mercados emergentes y economías en desarrollo, el informe recomienda enfocarse mucho más en ‘los códigos de construcción, ya que se espera que la mayor parte del crecimiento demográfico sea allí y principalmente en las ciudades. Dos tercios de los nuevos edificios requeridos se encuentran en países que actualmente carecen de códigos energéticos de construcción’, explica.
Avances en Chile
Nuestro país tiene algo de camino avanzado en este aspecto. La Hoja de Ruta 2050, elaborada en 2015 por el Ministerio de Energía, planteó una transformación basada en ‘nuevos estándares de diseño, construcción y uso de edificaciones, con el objetivo de alcanzar un mayor confort térmico y eficiencia, utilizando menos energía’, explica Rodrigo Moreno, académico de la Universidad de Chile e investigador del Instituto de Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI).
En 2021 se promulgó la primera Ley de Eficiencia Energética en Chile, que introdujo la obligación de que las nuevas edificaciones cuenten con un etiquetado energético (similar al de los electrodomésticos) obligatorio para viviendas a partir de 2023; y para edificios de uso público, comercial y oficinas, desde 2025. Según Moreno, esta ley marcó un hito, al exigir a las nuevas edificaciones una calificación energética ‘que con anterioridad era voluntaria, como requisito para su recepción final’.
Para el académico, las medidas de eficiencia son cruciales, ya que las edificaciones representan aproximadamente un 25% del consumo energético nacional. ‘Los principales desafíos radican en establecer estándares mínimos que ofrezcan un nivel de ambición relevante, alineados con la experiencia internacional, pero que también equilibren de manera óptima el costo-beneficio para los usuarios en Chile, en términos de confort, ahorro en costos operacionales y costos de la vivienda’.
Además, destaca la necesidad de trabajar en ‘esquemas de incentivos y acceso a financiamiento que faciliten el retrofitting de las edificaciones existentes’.
Desde el Ministerio de Energía señalan que frente al desafío de lograr la carbono neutralidad al 2050, y en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, la autoridad continuará trabajando en la descarbonización del sector, ‘apoyando el mejoramiento de los estándares de construcción en edificaciones nuevas y existentes. Asimismo, conscientes de la brecha normativa, promoveremos la reducción de emisiones definidas como consumo de energía neta cero y carbono neto cero para el sector de la construcción’, afirman.
En el sector público
El ministerio destaca una serie de medidas en desarrollo, como programas piloto de ‘eficiencia energética en edificios de uso público, principalmente en hospitales y establecimientos educacionales’.
Por otra parte, en conjunto con la cartera del Medio Ambiente y Chilecompra, se está trabajando en la primera etapa del programa Sistema Estado Verde, para que la administración pública haga una gestión ambiental sustentable de sus edificios, donde el uso eficiente de la energía tiene un rol fundamental.
Finalmente, desde el Ministerio de Energía relevan que están en proceso de dar continuidad y profundizar programas para mejorar el acondicionamiento térmico de edificios existentes. Uno de ellos es el Programa Mejor Escuela, con proyectos enfocados en mejorar la estructura envolvente (muros, ventanas, techos, pisos, puertas, entre otros). ‘Estas medidas se complementan con sistemas de energías renovables, normalización eléctrica y recambio de sistemas de clima según la factibilidad del establecimiento, lo que ha beneficiado a más de 15 mil estudiantes y profesores del país’, subrayan.
Fuente: El Mercurio