04 Noviembre 22

Propuestas para mejorar la distribución

»Las modificaciones necesarias en la regulación de este segmento son numerosas, siendo, tal vez, la modernización más desafiante e inmediata que requiere el país en materia eléctrica.

EXISTEN DOS DRIVERS IMPORTANTES de cambios a nivel de la regulación de la distribución. Primero, es necesaria una actualización para superar los problemas detectados en los últimos años, lo que se refiere especialmente a la falta de calidad de suministro debido a un encarecimiento innecesario del capital, dado los altos riesgos del negocio. El segundo se refiere al gran desafío asociado a la descarbonización de los sistemas, lo que requiere una modernización de las redes para hospedar niveles crecientes de medios distribuidos (incluidos generación, almacenamiento y aquellos asociados a la electrificación de otros sectores como el transporte, potencialmente organizados mediante microrredes) y habilitar servicios desde la demanda hacia el sistema principal. Lo anterior, de manera de proveer los tan anhelados servicios de seguridad y flexibilidad a un menor costo (por ejemplo, la respuesta de la demanda puede prestar reservas que históricamente han sido proveídas por generadores convencionales).

Como se ha advertido en intentos de modificación anteriores, los cambios necesarios en la regulación de la distribución son numerosos, siendo, tal vez, la modernización más desafiante que requiere el país en materia eléctrica en el futuro cercano. En esta línea, un estudio reciente del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) detectó que es más eficiente para la sociedad aumentar la instalación de generación y almacenamiento a nivel distribuido que a nivel de transmisión. De hecho, se determinó que el segmento de generación distribuida debería representar cerca del 40% de las inversiones en generación renovable entre 2020 y 2040. En otro estudio del ISCI se cuantifican los beneficios de incorporar activa y masivamente a la demanda en la prestación de servicios complementarios. Así, la demanda permite aumentar los niveles de competencia de estos mercados y proveer servicios a menor costo.

Todo lo anterior requiere inversiones importantes en distribución eléctrica. Además, mejorar las redes es una tarea pendiente para aumentar la calidad de suministro, considerando que existen comunas del país que presentan más de 80 horas de cortes de luz por año.

Varios equipos de investigación a nivel nacional han estudiado por varios años las alternativas para mejorar la regulación de la distribución. De los estudios, existe coincidencia en las siguientes materias:

• El mecanismo de remuneración debe entregar las señales a los inversionistas para que tomen decisiones alineadas con la política pública de la manera más eficiente posible, incluyendo fomentar inversiones que favorezcan la calidad de suministro para el consumidor, la integración de medios distribuidos y la prestación de distintos servicios desde la distribución al Coordinador Eléctrico Nacional. La regulación actual solo promueve las reducciones de costo en la red de distribución, sin considerar de forma adecuada el impacto de estas decisiones en la calidad de suministro y en el desarrollo de un sistema más sustentable. Asimismo, la regulación vigente no considera el impacto de las decisiones de distribución en los costos de operación y expansión del sistema eléctrico en su conjunto.

• El sistema de turificación debe ser más costo reflectivo y con mayor granularidad espacial y temporal, que entregue las señales más adecuadas a los usuarios de red para que respondan mejor ante las distintas condiciones del sistema. Esto es especialmente importante a la luz de la expansión de la electrificación a sectores que pueden “modular” sus consumos o incluso inyectar energía, en respuesta a las necesidades del sistema, de forma de no aumentar la necesidad de inversiones que, a la larga, se traducen en aumentos de tarifa.

• Acceso abierto y sin barreras para medios energéticos distribuidos. Lo anterior, de modo que estos puedan además proveer sus servicios (de forma independiente o mediante agregadores) en igualdad de condiciones que otros medios energéticos (generación convencional) a mercados tanto locales (peer-to-peer) como sistémicos.

• Comercialización competitiva, donde los usuarios tengan acceso a varios potenciales suministradores, pero conservando instrumentos que han sido, dentro de todo, exitosos para promover nuevas inversiones como los contratos de largo plazo.

• Acceso a la información oportuna e igualitaria para operadores, comercializadores y agregadores, resguardando la privacidad en los casos pertinentes. En este último caso, se debe considerar que la información proveniente de medidores inteligentes no solamente es útil a nivel comercial, sino que también a nivel operacional. Esto último es importante porque, desde un punto de vista de operación, la distribuidora debe contar con información en tiempo real para realizar labores de operación que serán cada vez más desafiantes.

Estos cambios permitirán digitalizar el sector de la distribución y descentralizar el desarrollo de la matriz energética, aumentando los niveles de resiliencia, sustentabilidad y costo efectividad del sistema en su conjunto.

Los cambios necesarios en la regulación de la distribución son numerosos, siendo, tal vez, la modernización más desafiante que requiere el país en materia eléctrica en el futuro cercano”.

Por Rodrigo Moreno, académico de U. de Chile y del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI).

Fuente: Electricidad