29 Septiembre 22

Validaciones en el transporte público de la capital se acercan a cifras de marzo de 2020

Expertos llaman a tomar estrategias ligadas a mejorar la calidad del servicio, sobre todo en micros, y a reducir tiempos de viaje para lograr competir con los del vehículo particular.

Previo al estallido de 2019, a diario se realizaban 6 millones de transacciones en el sistema de transporte público de la capital, pero debido a los daños que sufrió la infraestructura del Metro de Santiago y las micros, la demanda cayó significativamente, mostrando una recuperación paulatina a medida que la circulación comenzó a normalizarse y las estaciones a reabrirse.

Pero en marzo de 2020, la pandemia obligó a tomar medidas para reducir la movilidad: debido al confinamiento y el toque de queda, la demanda llegó, entre mayo y junio, al 10% de transacciones de un día normal.

Sin embargo, a medida que comenzó a retomarse la cotidianidad en el país, se ha evidenciado un aumento progresivo en la demanda. Particularmente, el jueves 18 de agosto se llegó a observar un nivel de transacciones cercano a los 4 millones (2,83 millones de viajes), cifra que solo se ha alcanzado cuatro veces desde marzo de 2020 (ver infografía). Una transacción se considera cada vez que una tarjeta Bip! pasa por un validador, mientras que un viaje financiero está conformado por la cantidad de transacciones complementarias realizadas (micro + metro), sin el cobro de una nueva tarifa completa.

Los adultos concentran el 70% de los viajes, mientras que los estudiantes han mostrado un crecimiento acelerado y concentrado en los inicios de cada semestre escolar.

Franco Basso, académico de la U. Católica de Valparaíso, considera que ‘lo que está ocurriendo en la ciudad es que mucha gente que compró un automóvil en época de pandemia, por no sentirse segura con el transporte público, lo ha seguido utilizando pospandemia’.

Y asevera que ‘no cabe ninguna celebración con estas cifras, muy por el contrario, llaman a seguir trabajando fuertemente para mejorar estos índices de utilización del transporte público, porque la utilización exacerbada del transporte privado genera una serie de externalidades negativas’.

Postula que se debe aplicar ‘una serie de medidas integrales que mejoren la experiencia de viaje, que mejoren la calidad de servicio y que avancen en aumentar los costos para las personas que utilizan el auto de manera exacerbada’.

Alejandro Torres, académico de la Facultad de Ingeniería de la U. Central, sostiene que ‘las condicionantes de por qué no hemos llegado aún a los seis millones pueden ser el tema del teletrabajo o la adquisición de automóviles particulares, además de, a lo mejor, que en algunos aspectos no se haya llegado a la normalidad total’.

Comenta que ‘el tiempo de viaje es súper valorado por las personas. Entonces, en situaciones donde el tiempo de viaje (del transporte público) compite con el del automóvil particular, claramente, las personas van a optar por el transporte público en lugar de su automóvil. Eso se logra en metro, sobre todo en distancias largas que superen los 5 o 6 km, pero en el transporte por superficie estamos un poquito en deuda’.

Ricardo Hurtubia, académico de la U. Católica e investigador principal del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (Cedeus), dice que, ‘probablemente, nos va a costar mucho llegar a niveles prepandemia, porque además del problema covid y del metro quemado, está el problema de que durante este período hubo un cambio en los patrones de movilidad muy grande’.

Y señala que es necesario saber si la evasión es uno de los factores que puede estar explicando la diferencia o no, mejorar el sistema de buses con infraestructura dedicada y racionalizar el uso del auto.

El ministro de Transportes, Juan Carlos Muñoz, asegura que se está avanzando en mejorar el transporte público y la frecuencia del sistema. Y concuerda en que ‘necesitamos desincentivar el uso del automóvil, que es un problema severo por varias razones’, por lo que ‘es importante promover con mucha fuerza alternativas a los viajes, que sean de calidad’.

Fuente: El Mercurio