Modelo matemático es capaz de medir el riesgo de contagio por virus en el transporte público
El método, que por ahora es aplicado en Santiago, busca dejar en evidencia los riesgos a los que se exponen los pasajeros.
El hacinamiento en el transporte público fue un tema de mucha preocupación durante la pandemia del covid-19 y lo es ahora con algunos virus, principalmente respiratorios, dado su impacto negativo en la salud y en la calidad de vida de los pasajeros.
Analizar el comportamiento y el riesgo de exposición de los usuarios a los microorganismos y enfermedades había sido hasta hace poco una tarea casi imposible para los investigadores.
Sin embargo, un nuevo estudio, liderado por Franco Basso, investigador del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) y académico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), ha propuesto, en base a una innovadora metodología, un modelo matemático que es capaz de medir el riesgo de los usuarios de la capital nacional a contraer algún tipo de virus en el transporte público.
Sobre el método
Este estudio se basó en datos de tarjetas Bip de autobuses de Santiago y examinó tres momentos clave durante la crisis sanitaria generada por el covid-19: antes, durante y después del confinamiento.
Los resultados son reveladores. “En este estudio pionero en el mundo, debido al uso de datos masivos para el cálculo de hacinamiento en todos los autobuses de la capital, proponemos una nueva metodología de cálculo vehículo por vehículo, que cada 30 segundos estima la cantidad de personas en cada autobús. Luego, considerando además los datos de la superficie de cada uno de los buses, calculamos indicadores que buscan aproximar el riesgo de contagio por cantidad de personas por metro cuadrado o el tiempo promedio de exposición a virus respiratorios”.
Durante la fase de cuarentena total, las políticas gubernamentales lograron reducir de manera significativa la aglomeración en el transporte público. El tiempo promedio de exposición al virus, cuando no era posible mantener el distanciamiento social, disminuyó drásticamente, pasando de 6.39 minutos antes del confinamiento a tan solo 0.03 minutos durante el confinamiento. Además, el número promedio de personas con las que se entraba en contacto se redujo de 43 a 5.
Políticas públicas
La investigación dio cuenta, además, que los municipios con menos recursos y baja flota de buses retornaron rápidamente a los niveles de aglomeración similares a los anteriores a la pandemia, lo que para el experto subraya la importancia de abordar la desigualdad en el acceso a estos servicios y a las medidas de seguridad.
“Este estudio es una nueva metodología para medir el hacinamiento en el transporte público que va más allá del caso de estudio (…) la información obtenida con la investigación proporciona una base sólida para la toma de decisiones informadas sobre políticas que pueden ayudar a proteger la salud pública mientras se garantiza un servicio de transporte eficiente y accesible”, explica el académico.
Uso en otras regiones
Si bien el especialista descarta por el momento el uso de esta herramienta de medición en otras regiones del país, ya que “no existe una tecnología similar a la tarjeta Bip para estimar las personas que van en los buses en estos períodos de 30 segundos”, en el corto plazo se podría poner en marcha sólo si “los servicios de transporte público implementan el pago electrónico”.
“Además, este estudio es una nueva forma para medir el hacinamiento en los buses”.
Fuente: Hoy x Hoy