25 Enero 23

Los puntos que deben trabajar las ERNC, el otro actor clave

Aun cuando Chile cuenta con un territorio privilegiado al hablar de generación de energía renovable, lo cierto es que para conseguir una matriz 100% verde es necesario avanzar en flexibilidad y almacenamiento, entre otros temas.

La radiación solar en el desierto de Atacama y los fuertes vientos que se perciben a lo largo de todo el país convierten a Chile en un país privilegiado a la hora de generar energía solar y eólica, a las que se suma la hidroeléctrica. En suma, Chile goza de gran capacidad de generación de ERNC.

En efecto, 2022 fue un año récord para las ERNC, pues alcanzaron 33% de participación en la generación de energía eléctrica, lo que significa 6 puntos porcentuales respecto de 2021. Su capacidad instalada, en tanto, alcanzó los 13.781 MW, lo que equivale al 41,3% de la capacidad instalada del país. Y aun cuando este crecimiento es clave para avanzar hacia una matriz energética verde, lo cierto es que todavía quedan algunos obstáculos que salvar. En efecto, Ana Lía Rojas, directora ejecutiva de Acera, advierte que la rápida introducción de las ERNC ha hecho evidente que ‘la estructura de mercado actual no es la adecuada para un sistema de alta penetración de renovables y, por lo tanto, hay que comenzar a estudiar cuáles serían las modificaciones más pertinentes. Adicionalmente, para lograr un despliegue adecuado de las centrales renovables, es muy importante que avancemos en el ordenamiento y planificación del territorio’.

Tras recordar que los proyectos de generación de electricidad en base a fuentes renovables variables se instalan en lugares alejados de los centros de consumo, Rojas precisa que se requiere flexibilidad en el sistema dado que los bloques de energía se transportan solo durante unas horas del día debido a la dependencia del sol o viento, por lo que el nivel de uso de las líneas dependerá del período del día en que se encuentra, existiendo condiciones donde una línea se justificará solo por su aporte en algunas horas del año, dada la operación de los sistemas eléctrico modernos, con alta penetración de energías variables. ‘Por lo demás, el suministro presentará ahora comportamientos más complejos de predecir, junto con otros que, si bien esperables como la salida del sol o el anochecer, resultarán difíciles de ser gestionados por un sistema inflexible, no diseñado para hacerse cargo de dicha condición de operación’, sentencia. Otro desafíos que trae la alta penetración de las ERNC variables es el desequilibrio existente entre los tiempos constructivos y riesgos de construcción de la generación renovable en comparación a las líneas de transmisión.

‘La característica de inversión lineal de estas últimas, y la necesidad de construir sobre largas extensiones de territorio, con distintas realidades, riesgos y grupos humanos, para conectar a la demanda, se traduce en tiempos extensos de construcción, que en muchos casos sobrepasan los tiempos del planificador. Por ejemplo, una línea de transmisión del tipo corredor tarda entre cinco y siete años hasta su puesta en servicio. Por su parte, una planta fotovoltaica puede tardar entre doce y veinticuatro meses, permisos incluidos, explicado principalmente por su carácter modular y su menor intervención en el medio donde el proyecto es instalado’. A ello se suma el plan de manejo para los vertimientos que corresponden a recortes de energía renovable, limpia y barata que no se pueden integrar al sistema por distintas razones asociadas a la transmisión, congestiones y a la falta de flexibilidad del parque eléctrico nacional.

VISIONES

Para Daniel Olivares, director del Centro de Transición Energética (Centra) de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), para continuar el desarrollo masivo de las ERNC en Chile se debe avanzar es dos línea: redes y almacenamiento. El primero está asociado a la necesidad de transportar la generación renovable desde los lugares en que es abundante y económica hacia los principales centros de consumo del país. Por otra parte, añade, el desarrollo masivo de ERNC también conlleva la necesidad de contar con flexibilidad operacional para compensar la variabilidad de dicha generación. Si bien dicha flexibilidad operacional puede ser provista por unidades de generación térmica —por ejemplo, generación a gas— para cumplir el objetivo de largo plazo de cero emisiones y no perpetuar el uso de combustibles fósiles, se debe recurrir a distintas fuentes de almacenamiento, tanto de corto plazo (horas) como de largo plazo (meses/estaciones), tales como baterías electroquímicas y embalses hidroeléctricos.

‘Como alternativa o complemento al almacenamiento, la posibilidad de exportar nuestro potencial renovable, ya sea a partir de una interconexión eléctrica con países vecinos, o la producción y exportación de grandes volúmenes de hidrógeno verde y combustibles derivados, podría potenciar el desarrollo de ERNC a niveles mucho mayores a los requeridos para satisfacer nuestra demanda interna, y aprovechar la flexibilidad inherente en las interconexiones regionales y la producción y almacenamiento de combustibles verdes’, agrega. Complementa desde EY Rodrigo Cabrera, gerente senior de Servicios de Sostenibilidad, al señalar que la disminución de la intermitencia en la generación y evitar el vertimiento de energía son ‘acciones fundamentales para posicionar a las energías renovables como actores relevantes en la transición energética del país’. ‘Aquí el almacenamiento tomará un rol fundamental para acelerar la diversificación energética desde un punto de vista de calidad y seguridad.

En la misma línea, es urgente ofrecer nuevos y eficientes enfoques regulatorios para la concesión de permisos, conexión y gestión de flujos de energía’, asevera. Así, el principal desafío —agrega— es ‘mejorar nuestra habilidad para adaptarnos a las condiciones de variabilidad e incertidumbre en generación y demanda, resguardando la confiabilidad y los costos. Existe un cierto nivel de consenso en que, dadas las características de nuestra matriz en transición, hemos alcanzado un punto donde debemos estudiar incentivos y regulaciones adecuadas para el rápido desarrollo del almacenamiento de energía de manera de aprovechar nuestra generación variable y de la planificación y operación de la transmisión. Lo anterior, sin dejar de lado la revisión de la operación del mercado spot de energía, la profundización de los servicios complementarios, entre otros elementos que ya están siendo estudiados’. Desde Empresas Eléctricas, en tanto, señalan que a pesar del avance notable que ha tenido el desarrollo de tecnologías renovables en los últimos años, ‘aún existe trabajo por hacer para que estas puedan tener una mayor penetración a nivel de generación distribuida; es decir, a pequeña escala’.

‘Estamos convencidos de que la generación distribuida representa una medida clave para colaborar con la reducción de gases de efecto invernadero. Generar energía cerca de los puntos de consumo, cerca de cada hogar o incluso en cada hogar, significa, por una parte, reducción de las emisiones totales, pero, por la otra, un mucho menor esfuerzo en la construcción de nueva infraestructura de gran escala’, detallan. En este sentido, la mayor cantidad de recursos distribuidos en la red, tales como autos eléctricos, generación distribuida y almacenamiento, supone un cambio paradigmático respecto de cuál es la función de la empresa distribuidora, que ya no será solo llevar energía de un punto a otro, sino que convertirse en una suerte de coordinador que administre muchos servicios distintos en favor de una mayor eficiencia en el uso de los recursos.

Fuente: El Mercurio – Edición Especial