12 Mayo 23

LAS MAYORES URGENCIAS DEL SEN

Hoy resulta imperativo aumentar la capacidad para conectar el norte del país, con sus crecientes recursos renovables, con el centro, donde se concentra la mayor demanda eléctrica, lo que no se materializará sin nueva infraestructura. Al mismo tiempo, urge una reforma que modernice las redes de distribución a los clientes regulados.

Chile no sólo tiene la necesidad, tiene la obligación de desarrollar la infraestructura y hacer frente a los desafíos que le permitan cumplir con el objetivo de la Ley Marco de Cambio Climático promulgada en junio de 2022. Mandato legal que tiene como finalidad que el país alcance y mantenga la neutralidad de las emisiones de gases de efecto invernadero al año 2050.

En este escenario de transición energética, la industria eléctrica mantiene algunos de los retos más desafiantes, pues necesita fortalecer y expandir su sistema de transmisión, que le permita gestionar los enormes flujos de energías limpias que se están produciendo. Así como implementar la reforma que le permita modernizar y descarbonizar su sistema de distribución eléctrica.

NUEVA INFRAESTRUCTURA El académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Chile, Rodrigo Moreno, cree que la red de transmisión ‘está en deuda’ si se trata de materializar una descarbonización segura y efectiva en el futuro cercano, y advierte que ‘los problemas actuales en transmisión se irán intensificando en el corto plazo con la incorporación de casi 4 GW de Energías Renovables No Convencionales (ERNC) durante 2024, los que se conectarán sin grandes obras de transmisión’. De hecho, agregó el experto, ‘gran parte de los problemas que hemos estado observando últimamente a nivel de las empresas renovables se debe precisamente a la falta de una red de transmisión robusta y moderna (incluyendo plantas de almacenamiento).

Es clave desplegar de forma urgente medidas de corto plazo y trabajar en mejoras de largo plazo’. Respecto de estos retos que debe sortear Chile en su objetivo de carbono neutralidad y descarbonización de la matriz energética, desde el Ministerio de Energía explican que el ingreso de una importante cantidad de energía renovable al sistema gatilló, ‘no sólo la necesidad de disponer de los recursos de energía renovable de un lugar a otro del territorio, a través de líneas de transmisión, sino que también, en este segundo tiempo, es relevante la gestión de esta energía verde de manera temporal a través de distintas formas de almacenamiento’. Por lo tanto, ‘el desarrollo de nueva infraestructura además de buscar optimizar el uso de la red, serán los grandes desafíos de los próximos años, tal que nos permita cumplir con nuestros objetivos y compromisos legales’, añadieron desde la cartera liderada por Diego Pardow.

CUELLO DE BOTELLA Para el director de Estudios de la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (Acera), Felipe Gallardo, la expansión oportuna del sistema de transmisión es una ‘condición habilitante’ para efectuar el proceso de transición del sector eléctrico, pues ‘sólo para efectuar el retiro de las centrales a carbón al 2030 se requerirá de la instalación de 22,5 GW de nuevos proyectos de ERNC, cifra equivalente a 1,6 veces la capacidad instalada existente a la fecha’.

Proyectos que se emplazan en territorios que cuentan con disponibilidad del recurso primario de generación (zona norte), pero que no necesariamente se encuentran próximas a los centros de consumo (zona central), ‘lo que redunda en la necesidad de disponer de infraestructura de transmisión para movilizar dicha energía desde el punto de generación hasta el punto de consumo’. En este sentido, Gallardo dijo que es relevante mencionar los impactos que se generan a nivel sistémico cuando existen congestiones de transmisión y el sistema no puede integrar energía renovable a la red. A modo de referencia, especificó que en 2022 se recortaron 1,4 TWh de energía ERNC, cifra que es equivalente al consumo anual de 600.000 hogares o a toda la generación eléctrica producida por centrales diésel en 2022.

LÍNEA KIMAL – LO AGUIRRE Como parte de este proceso de descarbonización el proyecto Kimal-Lo Aguirre es clave, pues ‘la falta de líneas de transmisión se está convirtiendo en el gran problema del sector energético. En pocos años pasamos de que el desafío era más inversión en energía renovable, a que el cuello de botella para su mayor utilización es la infraestructura de transporte’, explica el gerente general de Conexión Kimal-Lo Aguirre, Sebastián Fernández. Sobre los plazos y la inversión requerida por el proyecto, que fue mandatado por el Estado a través de una licitación internacional del Coordinador Eléctrico Nacional y que trascenderá varios gobiernos; Fernández precisó que el decreto contempla la entrada en operación comercial en 2029, mientras que su etapa de construcción se proyecta entre 2025-2026, con una inversión de US$2.000 millones.

MODERNIZACIÓN ATRASADA La distribución, el segmento del mercado eléctrico donde existe una vinculación directa con los clientes regulados o residenciales, es otro de los pendientes que requiere prioridad en Chile, aseguran desde el Ministerio de Energía: ‘dentro de la estrategia para ser carbono neutral se considera electrificar de manera directa (conectado a las redes eléctricas) o indirecta a través de un vector energético como el hidrógeno o derivados gran parte del consumo que hoy es provisto directamente por una fuente de combustible’.

‘La electrificación de consumo implica una distribución eléctrica más robusta, junto con una tarifa a precios competitivos, permitiendo además la integración de más fuentes renovables y almacenamiento distribuidas. Lo anterior, implica avanzar en más y mejores gestiones de redes, mayor tecnología, mejorar los procesos tarifarios y regulatorios de este segmento’, añadieron. El investigador del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería, Rodrigo Moreno, en tanto, sostiene que ‘la distribución eléctrica requiere de cambios importantes para que deje de ser una barrera y se convierta en un habilitador de la transición energética. Dicha transición requiere, entre varias cosas, digitalización, la incorporación de mayores niveles de generación distribuida y la electrificación de otros sectores que actualmente consumen combustibles fósiles (transporte, climatización, etc.).

Esto tendrá un efecto directo y muy significativo sobre las redes de distribución, y la necesidad por robustecerlas y modernizarlas. El rol de las redes de distribución será más y más importante’. Para el director de Estudios de Acera, Felipe Gallardo, el segmento de distribución tiene pendiente la realización de ‘una gran reforma’ y si bien esta discusión se inició hace algunos años, ‘finalmente sólo se avanzó en temas de corto plazo, donde existía consenso, pero quedaron pendientes materias importantes relativas al rol y función del segmento de distribución en un contexto de descarbonización que propicie la electrificación de los consumos que a la fecha son abastecidos por combustibles fósiles, como por ejemplo el transporte y la calefacción’. Por esta razón, enfatizó el especialista, ‘el segmento de distribución ha mostrado un atraso respecto a la modernización que se ha visto en otros segmentos de la industria eléctrica’.

La falta de líneas de transmisión se está convirtiendo en el gran problema del sector energía, el cuello de botella para una mayor utilización de las ERNC.

Desde el Ministerio de Energía aseguran que ‘dentro de la estrategia para ser carbono neutral se considera electrificar de manera directa (conectado a las redes eléctricas) o indirecta a través de un vector energético como el hidrógeno o derivados, gran parte del consumo que hoy es provisto directamente por una fuente de combustible”.

Fuente: Nueva Minería y Energía