14 Abril 23

La inteligencia artificial promete transformar y acelerar los trasplantes de órganos

Se espera que esta tecnología ayude a determinar mejor la compatibilidad entre donantes y receptores; aumentar los injertos disponibles o medir su calidad de forma automática. En EE.UU. ya se usa como apoyo a los médicos para seleccionar pacientes.

La inteligencia artificial (IA) está mostrando su potencialidad de convertirse en un valioso medio para que los trasplantes de órganos se realicen de forma más rápida y más exitosa. Especialistas que investigan este tema aseguran que esta tecnología ha arrojado resultados alentadores cuando se trata de analizar grandes conjuntos de datos que son relevantes para la toma de decisiones. Rohan Goswami, cardiólogo y director de investigación de trasplantes cardíacos de Clínica Mayo (EE.UU.), dice en entrevista con ‘El Mercurio’ que el uso de IA para trasplantes ‘está en su infancia, pero creciendo y se está entendiendo cada vez mejor’.

Una línea de investigación que crece es su empleo para adelantarse a la necesidad de un trasplante, afirma. La idea es que los médicos detecten con ayuda de la IA la insuficiencia de un órgano o qué ayudaría para retrasar el trasplante o evitarlo. ‘En la práctica clínica, ya lo usamos para evaluar si el paciente debe incluirse en una lista y su prioridad. Hay dos empresas que están usando algoritmos y estetoscopios para saber, por ejemplo, si un soplo en el corazón está empeorando o si un paciente puede bajar su función cardíaca pronto y así tomar decisiones’, explica Goswami.

Más años

También se espera que la IA ayude a determinar mejor la compatibilidad entre donantes y receptores. ‘Siempre hay probabilidades de que un paciente rechace un órgano y se pierda. Entonces, lo que buscamos con la inteligencia artificial es predecir la compatibilidad. Se toman datos de trasplantes realizados, las características de los órganos, de donantes y de receptores, y se analiza esa información para predecir la posibilidad de que el órgano dure uno o cinco o más años’, explica Marcelo Olivares, investigador del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) y académico de la U. de Chile que estudia el tema. Olivares y su equipo comprobaron recientemente y con datos de pacientes chilenos que un modelo basado en machine learning predice la efectividad de trasplantes renales.

Estas herramientas aún están en investigación, pero al menos una ya se usa también en EE.UU., dentro de los criterios que se utilizan para la asignación de trasplantes. El éxito de la inteligencia artificial depende de la calidad y la cantidad de los datos en los que se basa. Así, acota Olivares, cada vez se recopilan más datos de pacientes a nivel mundial que sirven para mejorar más la capacidad de predicción de estos sistemas y avanzar en su incorporación en hospitales. Una investigación reciente de Clínica Mayo descubrió que un modelo de aprendizaje profundo basado en un electrocardiograma puede predecir el riesgo de rechazo en pacientes con trasplante de corazón. Un avance de este tipo se traduce en que se podrían prevenir miles de muertes, dicen los expertos.

Con un video

Por otro lado, también se busca utilizar este conjunto de tecnologías para evaluar la calidad de un órgano de forma automatizada, según Rolando Rebolledo, profesor del Instituto de Ingeniería Biológica y Médica UC y cirujano de trasplantes del Hospital Sótero del Río. ‘Hay esfuerzos por hacer algoritmos de reconocimiento de esteatosis (grasa en el hígado). La idea es que uno le haga un video corto al órgano y el algoritmo sea capaz de decirme si tiene poca o mucha grasa, que es un marcador de calidad del injerto’, explica Rebolledo. ‘Esto también está aún bajo investigación’, aclara. En esa línea, otro estudio reciente de Clínica Mayo demostró cómo un sistema de puntaje basado en la inteligencia artificial podría emplearse para analizar biopsias de riñón trasplantado y determinar niveles de inflamación, información que indica el estado de salud del órgano.

Los avances en inteligencia artificial también podrían ayudar a ampliar la cantidad de órganos disponibles. Se espera, por ejemplo, que esta tecnología ayude a los expertos a comprender más rápido y mejor qué órganos se beneficiarían de procesos como los sistemas de perfusión, un dispositivo que los mantiene viables por más tiempo. ‘Eso nos permitirá usar órganos que hubiésemos descartado y aumentar el pool, porque cuentas con criterios objetivos, más allá de los tradicionales. El sistema de IA te dice que quizás la edad (del donante) no es importante en ese caso y su órgano sirve para un receptor en particular’, explica Goswami.

Los entrevistados creen que aún quedan varios años por delante para que se masifique el uso de la inteligencia artificial en esta área, pero aseguran que el ritmo de la investigación es acelerado. Rebolledo destaca que aún se debe trabajar en definir regulaciones para introducir su uso en el sistema de salud. Olivares, en tanto, resalta que a nivel internacional ya hay experiencias concretas que prueban su utilidad. ‘En Chile ya tenemos tecnología y datos, pero debemos empezar a coordinar el sistema de salud para hacer las modificaciones necesarias’, puntualiza.

Fuente: El Mercurio