Investigadores analizan formas de manejar el bosque para mitigar el daño de los incendios forestales
En nota de El Mercurio, los investigadores ISCI Andrés Weintraub y Eduardo Álvarez hablan de su proyecto, el cual busca mitigar el daño de los incendios forestales, analizando tres problemáticas: la captura de carbono, la protección de especies y cómo el cambio climático afecta el manejo de los bosques.
Las matemáticas y, en especial, las matemáticas aplicadas son un conjunto de herramientas que permiten, por un lado, modelar y comprender fenómenos complejos y, por otro, apoyar la toma de decisiones en los procesos en los que dichos fenómenos tienen lugar. El cambio climático es uno de esos fenómenos y la industria forestal es uno de esos procesos. En la actualidad, el cambio climático impacta fuertemente la industria forestal: sequías, aumento en el riesgo de incendios y menor productividad son parte de estos impactos.
Lo anterior impone desafíos, en especial en lo que respecta a la captura de carbono, ya que una adecuada gestión forestal, enfocada no solo en la productividad sino también en la captura de carbono por parte de las plantaciones, podría asegurar stocks de carbono que contribuyan a las metas de carbono neutralidad. ¿Qué puede hacer la optimización matemática en la comprensión y control de estas situaciones? Esa fue la pregunta que incentivó el trabajo de Andrés Weintraub y Eduardo Álvarez, investigadores del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) junto a un equipo internacional integrado por profesionales de Canadá, Estados Unidos y España.
Usando modelos de optimización, inteligencia artificial, así como machine y deep learning para la creación de un simulador estocástico, los investigadores buscan formas de manejar el bosque para mitigar el daño de los incendios forestales. Su objetivo es definir de una mejor forma qué áreas cortar, cómo quitar la maleza y otros desechos combustibles, en combinación con el manejo comercial del uso de la madera. Es sabido que los árboles capturan carbono, una propiedad que podría ser usada en el bosque industrial; por lo tanto, se podrían generar políticas de cosecha o políticas de gestión forestal, y que sea considerada la gestión de carbono como parte de los criterios de toma de decisiones.
‘Trabajamos con simuladores de incendios usando machine learning, lo que aún en Chile está a nivel de investigación (…), pero pensamos que de aquí al próximo año podría estar implementado en el país’, explica Andrés Weintraub.
Ventajas
En el caso de la gestión forestal, el alcance se puede ver en dos dimensiones. En una parte, desarrollar herramientas que permitan a los órganos reguladores, como la Conaf y el Ministerio del Medio Ambiente, fijar cuotas de captura a las forestales, de manera rigurosa y considerando las características de las plantaciones y proyecciones climáticas.
A su vez, por el lado de las empresas forestales, se podrán diseñar e implementar estrategias que permitan realizar una gestión de cosechas y operaciones acordes con los nuevos desafíos que impone el cambio climático tanto en la productividad como en la incorporación de nuevos criterios. Los investigadores del ISCI aseguran que respecto a la conservación de especies, los beneficios son más claros, pues estos corresponden a la preservación de estas y sus respectivos ecosistemas, ambos aspectos fundamentales para mantener el equilibrio de la biodiversidad.
Fuente: El Mercurio