El debate en torno a la tarifa del transporte público después de los «30 pesos»
En nota de Emol.com, el investigador ISCI Franco Basso junto al ex subsecretario de Transportes Carlos Melo, discuten propuestas concretas para mejorar el transporte público tras crisis de los 30 pesos.
Se podría decir que «la gota que rebasó» el vaso para que estallara la crisis social en Chile fue el alza de los $30 en el precio del pasaje del Metro de Santiago.
Si bien la medida ya fue revocada, el costo del transporte en Santiago sigue siendo una de las principales demandas, considerando que en muchos casos el gasto en movilización representa más del 10% de un presupuesto (porcentaje máximo, de acuerdo los estándares internacionales).
Varias idea, aplicadas en otros países, han salido al ruedo e incluso el Gobierno ya se abrió a considerar alguna, como la rebaja del valor para los adultos mayores.
«En ese contexto, en la agenda social que ha anunciado el Presidente hay varias medidas que apuntan al adulto mayor, como mejora en las pensiones y medicamentos. En el transporte propiamente tal hoy día tenemos varios servicios que tienen tarifas especiales para el adulto mayor: En Santiago paga tarifa de estudiantes en Metro($230) y en otras regiones tenemos más de 1.000 servicios de zonas aisladas donde paga el 50%, sin perjuicio de lo cual siempre se puede hacer más, de eso no hay duda», explica el subsecretario de Transportes, José Luis Domínguez.
Sobre la posibilidad de que éste llegue a ser gratuito, advierte que «tiene un costo realmente relevante, entonces a la hora de priorizar los recursos el Gobierno ha estimado que su agenda social es lo que corresponde, pensiones y salud han sido los focos».
Franco Basso, director del Centro de Innovación en Transporte y Logística de la Universidad Diego Portales, dice que el precio que pagan los adultos mayores en el tren subterráneo también se debería aplicar a los buses del Transantiago, que por ahora no está incorporado.
$230 cuesta el pasaje de Metro para los adultos mayores»Eso estuvo en el programa de gobierno de varios candidatos, es absolutamente realista y va en el sentido de lo que está pidiendo justamente el movimiento social, por cuanto uno de los temas principales está asociado a la tercera y cuarta edad con los problemas de pensiones y los adultos mayores suelen tener más tiempo libre para moverse por la ciudad, por lo tanto, utilizan bastante más el transporte público sobre todo en horarios fuera de punta. Yo creo que estamos en condiciones de hacer y esperemos que el gobierno lo pueda anunciar a la brevedad».
Por su parte, el director del Centro de Ingeniería y Políticas Públicas de la Universidad San Sebastián y ex subsecretario de Transportes, Carlos Melo, señala que ésta «es una demanda que ha existido por varios años, es un tema que diferentes gobiernos han estudiado, que existe mediana claridad respecto a cuánto costaría implementarlo en diferentes escenarios y que por lo tanto puede implementarse como solución a mejorar el acceso a un sector de la población que hoy día le cuesta pagar el transporte público».
Pase periódico
En algunas ciudades del mundo, como Madrid, Londres o Nueva York existe la posibilidad de comprar un boleto con cierta carga y que es ilimitado por un determinado periodo de tiempo.
El académico de la UDP afirma que «es una muy buena idea, se utiliza en varios países y permite obtener pasajes rebajados cuando se compra por cantidad. El problema que tenemos aquí en Santiago es que las actuales estructuras tecnológicas de la tarjeta bip!, que son mantenidas por la empresa Sonda, no permiten realizar ningún tipo de transacción fuera de las que ya conocemos, por lo tanto, para poder avanzar en una situación como esa se requeriría hacer un cambio en la estructura tecnológica y el problema es que durante esta administración todas las licitaciones, incluida la que provee de servicios complementarios asociadas a tecnologías, han sido retrasados».
Precisamente a eso apunta Domínguez: «Estamos pensando en incorporar eso, pero pasa por cambiar los validadores de todos los buses y Metro. Hoy día la tarjeta bip» es una tecnología de hace 12 años, por lo tanto, permite muy pocos espacios para hacer modificaciones en las tarifas, entonces para poder incorporar tecnología estamos con un programa para cambiar todos los validadores y cuando eso pase tenemos opciones de abrir mecanismos de tarifas, de pagar con celular, contarjetas bancarias, hoy día no podemos pensar hacerlo porque no tenemos la tecnología adecuada».
En tanto, el ex subsecretario de Transportes comenta que no es tan efectivo «porque éste siempre tiene la limitante de que para comprarlo se necesita tener los recursos antes y en general la gente en Chile funciona mucho con el dinero del día a día (…) entonces es difícil que compren un pase de $50.000».
«Pero hoy día existe una tecnología que permite generar los límites. Cuál es la idea, que si tu gastas más de una cierta cantidad en el día, la semana o el mes, automáticamente el sistema te asigna un pase de menor valor y la plata que gastaste adicionalmente te la carga como adicional para el próximo periodo. En Londres esto está implementado y funciona perfecto, ahí sí se necesita un desarrollo tecnológico que la tarjeta bip! no tiene», añade.
Tarifa social
Basso manifiesta que más que «tener pasajes rebajados para los quintiles más pobres, yo creo que hay que avanzar más bien hacia pasajes rebajada para todas la población. El transporte público, a diferencia del privado es un derecho, por lo tanto, tenemos que ser capaces de proveer transporte público barato para todos los estratos».
«Cuando una persona, aunque sea de estrato medio o alto utiliza el transporte público está dejando de utilizar el transporte privado que genera externalidades negativas -mayor congestión, mayor contaminación- por lo tanto queremos que todos se suban al transporte público, no solamente la gente que tenga menos ingresos», agrega.
A su vez, Melo enfatiza que se debería «generar una tarifa social para los quintiles o deciles de menores ingresos. Hoy día, sobre todo en el caso de Santiago, una familia del primer o segundo decil fácilmente puede gastar en transporte público más del 10% de su presupuesto mensual si paga la tarifa todos los días, considerando ida y vuelta al trabajo y un viaje el fin de semana.
Y apunta: «La métrica como reconocida a nivel internacional establece que nadie debería gastar más del 10% de su presupuesto en transporte público. La solución podría ser el establecer una tarifa diferenciada para las personas que estén en esos niveles de ingresos».
Sobre este punto, el subsecretario explica que «hoy día hay un subsidio que cubre la mitad de la tarifa, muy relevante. Por supuesto que a todos nos gustaría que fuera mayor aún en los menores quintiles, eso es un trabajo que hay que hacer, se hace con los estudiantes, se hace con los adultos mayores y evidentemente que hay que ir avanzando en ello en la medida en que existan recursos».
¿Empresas públicas?
Por último, Carlos Melo destaca que «en el largo plazo podríamos empezar a pensar en fórmulas que otros países ocupan y que aquí en Chile siempre hemos descartado desde su origen, como que empresas públicas entren a operar los sistemas de transportes público de buses, dándole más transparencia al uso de subsidios o que el uso de ellos no termine siendo o constituyendo utilidades excesivas para los operadores».
Al respecto, el subsecretario resalta que «en general el Estado es un mal administrador porque tiene su burocracia interna que le imposibilita ser todo lo ágil que le permite a una empresa privada, por lo tanto, el esquema con el que se está trabajando, con empresas privadas, es justamente para optimizar los menores recursos, subsidios en este caso, que hay que darle al transporte público. Se podría eventualmente, claro que se puede, pero creemos que va a ser más ineficiente».
Fuente: Emol.com