18 Enero 21

Resurge el temor de la cuarentena en Chillán ante la peligrosa escalada de casos Covid-19

Epidemiólogos sostienen que la capacidad hospitalaria es un factor determinante en el retroceso de una comuna a cuarentena. Ñuble si bien está al límite de su respuesta, aún existe espacio para responder a la demanda. Con una pandemia galopante, la región de Ñuble comenzó el año 2021 sumando ya 10 meses desde la llegada del primer caso positivo de Covid-19, el 12 de marzo pasado. Chillán y Chillán Viejo transitan hoy hacia un momento crítico, con una red asistencial al borde del colapso y el aumento de los fallecidos.

La intercomuna presentó la mayor cantidad de casos activos, anotando 282, y a lo largo de la crisis sanitaria es la segunda vez que el sistema hospitalario presenta más hospitalizados a causa del Covid-19, quedando solo cuatro camas críticas disponibles para personas afectadas con el virus.

Los efectos de la movilidad de las fiesta de fin de año y el ‘relajo’ de la época estival han puesto a la región y a la intercomuna en una situación compleja y a límite de retroceder a una tercera cuarentena, con los altos costos sociales y económicos que significa para Chillán una medida extrema de este tipo, que en pasado asfixió a la economía local.

‘Sibien es cierto tenemos en este momento 653 casos activos en la región, eso es un valor absoluto y se tiene que evaluar como indicador, es decir de acuerdo a la cantidad o la población que exista en cada comuna, y de acuerdo a eso, existen comunas que están más críticas que otras.

Respecto,principalmente de la tasa o la media móvil, y en ese sentido, tenemos Quillón, Chillán, Chillán Viejo, San Carlos,Coihueco, Ránquil, Bulnes, El Carmen y Yungay.

Todas esas comunas tienen una tasa de casos por sobre 10 por cada 100 mil habitantes’, explicó la seremi de Salud, Marta Bravo.

A la luz de los indicadores que miden el estado de la pandemia en Ñuble, la epidemióloga y académica del Departamento de Salud Pública de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Paula Margozzini, la realidad de Ñuble es preocupante, porque su trayectoria continúa al alza en medio de las regiones de Biobío y Maule, que presentan la misma condición.

‘En la trazabilidad, ustedes al igual que todas las partes de Chile, solo el 45% de los casos positivos eran contactos conocidos por el sistema. Eso indica que la mayoría de los casos que aparecen no eran contactos conocidos por el sistema vigilancia. Lo ideal sería que todo el mundo declare todos sus contactos y se investiguen todos esos contactos, que están en cuarentena, entonces si hacen positivo okey es una persona que ya estaba en cuarentena y así estamos protegidos que esa persona contagie a otro, pero es conocido. En cambio, solo el 45% de los casos positivos era contacto conocido, y eso no es bueno, ojalá fuera el 80%’, explicó.

A juicio de la docente otro punto débil que ha presentado Ñuble en el manejo de la pandemia, tiene relación con la capacidad de exámenes PCR. Según lo planteado, para el nivel de incidencia o casos nuevos que existe en el territorio, aún falta mejorar la estrategia de testeos. Sin embargo, reconoció que existe eficiencia en la capacidad de procesamiento de las muestras en el laboratorio regional.

‘Hay algunas regiones que sí tienen una capacidad de testeo suficientemente propocional al nivel de incidencia. En Ñuble quizás están haciendo muchos test, pero hay que estar dirigiendo esos test a la población que tiene alto riesgo de ser positivo, es decir, cuán eficiente es el testeo. Por ejemplo, no sirve realizar un testeo en la mitad de la plaza, lo que sí sirve es testear donde han aparecido más casos, por ejemplo, en los hogares de ancianos’, puntualizó.

‘Tienen buen tiempo de laboratorio, más del 80% de las PCR llega a oídos del Minsal antes de 24 horas. Es rápido y bueno. Sin embargo, al igual que en Chile la mitad de la gente consulta precozmente’, agregó.

La especialista explicó que hoy un factor determinante en el retroceso de una comuna a cuarentena es su capacidad hospitalaria. En caso de Ñuble, si bien está al límite, aún existe espacio para responder a la demanda.

‘Hoy día uno de los puntos más críticos que hace a las ciudades cambiar de fase, es la capacidad hospitalaria, el que puedan o no hacerse cargo del nivel de casos que tienen. Y ustedes están todavía en 85%, al límite, pero hay otras regiones que están peor, y por eso están en fase 1. Todavía la región de Ñuble tiene capacidad de hacerse cargo de sus casos en la parte hospitalaria, por eso no se cambia de fase tan rápido’, sostuvo.

Todo el país en riesgo de retroceder Desde la visión del infectólogo de la Clínica Universidad de Los Andes, César Bustos, Ñuble es el espejo de lo que está ocurriendo en otras regiones del país.

‘Como todos los números referentes a nuevos casos, a tasas de positividad y a incidencia acumulada están aumentando tal como ocurre en otras regiones, eso es realmente preocupante. Sobre todo cuando vemos que la ocupación total de camas total UCI es de 85%. Lo que es claro si es que siguen en la tendencia a ir aumentando, más pacientes requieren hospitalización por encontrarse con situaciones de Covid grave, ya tenemos muy poco margen para poder jugar con el número de camas que van a poder acceder estos pacientes, lo que podría implicar que habría que utilizar camas de la red asistencial de otras regiones y eso es preocupante’, indicó.

El experto sostiene que en la actualidad todas las regiones, incluida, Ñuble están en riesgo de dar un paso atrás de fase o hacia una cuarentena y que si los casos aumentan se puede convertir esa decisión en realidad. Aclaró que el confinamiento total no sirve para eliminar el virus, sino para desacelerar su transmisión.

‘No es una medida de erradicación, sino de mitigación, eso significa que el virus sigue circulando, pero en cantidades que puedan ser más manejables, que no sobresaturen el sistema sanitario, entiéndase, urgencia, consultas y sobretodo unidades de paciente crítico.

Entonces, desde el punto de vista de cuidar las camas disponibles se entiende que podrá ser una medida efectiva, pero desde el punto de vista epidemiológico, de control de la infección, las cuarentenas lo único que van hacer es a enlentecer la velocidad del virus’, enfatizó.

De acuerdo a un estudio de movilidad del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) junto a académicos de las universidades de Chile y Concepción, las cuarentenas pierden su eficacia a lo largo del tiempo, y éstas deben ir de la mano de otras medidas, para que tengan el impacto esperado en reducir la probabilidad de contagio.

En ese sentido, el infectólogo de la Clínica César Bustos explicó que la movilidad por sí sola no justifica el aumento de casos. ‘Porque puedes moverte de un sitio a otro, de una vivienda a otra o de una región a un balneario o a una zona de descanso y si sigues el comportamiento de las medidas sanitarias, no tiene porque aumentar el número de casos. Hay que recordar que el Covid se transporta de una persona infectada a una persona no infectada, y eso ocurre a través del contacto de gotitas, o sea, al hablar, al compartir la mesa, una caña o un trago’, expuso.

Faltan campañas efectivas Catterina Ferreccio, epidemióloga y académica del Departamento de Salud Pública de la Universidad Católica, coincidió con los especialistas que el diagnóstico de la región de Ñuble no es alentador. Según su análisis, el R efectivo y la tasa de incidencia son los grandes escollos que impiden al territorio salir de la fase 2.

‘Creo que más que una cuarentena falta una campaña grande de comunicación y persistente que llegue a distintas audiencias, que muestre lo que hay en el hospital, que entiendan lo que es la enfermedad. En este momento hacer cuarentena, sin informar a la población, va ser de poca utilidad. Sin embargo, los hospitales estamos peor que abril, están llegando a su máximo. Todas las regiones están con altas tasas. Ahora hay que poner énfasis en más controles, mucha más presencia y sobre todo en la comunicación social de riesgo’, destacó.

La docente advirtió que en caso de decretarse una tercera cuarentena para Ñuble se deben moderar las expectativas, ya que estas decisiones tienen mayor utilidad cuando existen pocos casos que se requieran aislar para evitar que estos expandan la infección al resto de la población.
‘Tenemos que tratar de que la transmisión pare entre la población con o sin cuarentena, el trabajo hay que hacerlo igual.

La vuelta de la cuarentena no va ser perfecta, porque hay demasiada infección. Lo que va determinar que se use la cuarentena va ser la necesidad del sistema público, si no no van a poder recibir más pacientes’, comentó.
Vacunas Si bien la llegada de las vacunas en los próximos días es una noticia positiva para la región de Ñuble, el impacto de las primeras dosis no será suficiente para contener la pandemia, pasarán meses para que eso suceda.

Así lo recalcó, Paula Margozzini, quien detalló que las vacunas que llegarán a la región no tendrán efectos todavía sobre el alza de casos que experimenta hoy la región, pero sí disminuye el riesgo entre los trabajadores de salud.

‘En Ñuble se tiene que vacunar por lo menos un 70% de los 500 mil habitantes, es decir, son más de 300 mil personas que tienen que estar vacunadas para que la epidemia se comience a apagar por esta razón’, precisó.
Para que este proceso de inoculación sea exitoso, la epidemióloga Catterina Ferreccio advirtió que si existen pocas vacunas se deben aplicar, en primera instancia, en los mayores de 80 años y luego escalar sucesivamente hacia los más jóvenes.

‘Si tienes pocas vacunas no las puedes poner a alguien que no se va enfermar tan grave, porque ya tiene su propio mecanismo de defensa. Entonces, la tienes que poner en aquellos que son los que llegan a los hospitales. Primeros a los adultos mayores, la edad por sí misma es un factor de riesgo.

(…) Si haces eso, empezarías a bajar la carga hospitalaria y si al contrario vacunas al personal desplegado en terreno, como se dijo en un principio, que son Carabineros y Fuerzas Armadas eso es botar la vacuna a la basura, porque son jóvenes.

Ellos se deben vacunar al final, pero si uno quiere controlar la enfermedad debe partir de lo más grave a lo más leve, sobre todo si este proceso se va demorar’, argumentó.

Fuente: La Discusión

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