La ciencia en Chile ayuda a combatir el virus: diseño de turnos, testeos masivos y telemedicina
Nueve son los proyectos que tienen hoy ocupado al equipo del instituto ISCI, un centro basal de excelencia en innovación. Leonardo Basso director del mismo, cuenta que “al comenzar la pandemia decidimos reorientar capacidades, conocimientos y recursos a la crisis y tratar de colaborar directamente con la primera línea de salud”.
La emergencia sanitaria que ha planteado la pandemia de Coronavirus tipo 2 del síndrome respiratorio agudo grave o SARS-CoV-2 ha hecho que todos los científicos del mundo se pongan a trabajar para derrotar esta enfermedad: Biólogos, físicos, químicos, epidemiólogos, médicos, científicos de datos, Matemáticos y los ingenieros computacionales.
Equipos multidisciplinarios que se han unido para aportar a mejorar las probabilidades de vencer a una enfermedad desde la ciencia y el conocimiento.
En Chile, científicos de la universidades de Chile, Concepción, Católica y Santiago, miembros del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) -dirigido por Leonardo Basso, Ph.D, en Economía y Políticas de Transporte de la University of British Columbia- han desarrollado una serie de iniciativas que buscan ayudar a los médicos a realizar test más eficientemente, mejorar el uso de los recursos de los hospitales, generar turnos óptimos para la salud de los equipos médicos vía algoritmos, hasta poder leer a distancia los datos de los ventiladores mecánicos.
El ISCI es un Centro Basal de Excelencia que investiga en Ingeniería y convertirlo en innovación aplicable a la sociedad.
Leonardo Basso director de este, cuenta que “al comenzar la pandemia decidimos reorientar capacidades, conocimientos y recursos a la crisis y tratar de colaborar directamente con la primera línea de salud, el personal hospitalario, es por esta razón la gran mayoría de nuestras iniciativas están orientadas en ese campo, queremos llevar innovación hacia esa frontera”.
“Lo primero que hicimos es un Modelo de microsimulación de avance de la pandemia en el tiempo que es bien especial, continua Basso, es el único que tiene granularidad geográfica para la región metropolitana que permite identificar de que manera se van comportando los modelos de confinamiento físico”.
El modelo simula el comportamiento de individuos y sus interacciones sociales a través del hogar, trabajo, colegio y conexiones en la comunidad, usando para ello información detallada y objetiva sobre el movimiento de personas en la ciudad en base a los siguientes datos:
1.- Sistema de Admisión Escolar: indica los patrones de flujo de niños desde el hogar al colegio.
2.- Validación de tarjetas BIP en Transantiago: indica los patrones de viaje de personas en transporte público en horario de trabajo.
3.- Encuesta de Transporte Origen-Destino: indica los patrones de viaje en transporte privado.
Basso cuenta que “en este modelo generamos tres escenarios, con cierre de colegios solamente, con cuarentena total, y cuarentenas intermitentes. Según el estudio una de las respuestas es que El Escenario 2 (cuarentena total para la RM) reduciría rápidamente el número de casos activos en un plazo breve. Durante la cuarentena, el número de reproducción R0 baja a 0.6, sin embargo, esto no significa el fin de la pandemia si es que el levantamiento de la cuarentena total (no graficado) no es seguido de otras medidas como: testeos masivos, seguimiento de nuevos infectados, confinamiento y/o estrategias de cuarentenas intermitentes según un umbral definido”.
Test masivos grupales
Médicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile e Ingenieros del ISCI han propuesto desde el inicio de la crisis el uso de técnicas de testeos grupales en procesamiento de muestras de PCR. Esto es, utilizar un solo tests PCR para un grupo de personas (5, 10 o más). La principal ventaja de esta técnica que permite reducir el número de tests y el uso de reactivos, que son escasos.
Leonardo Basso dice que usando esta técnica se puede multiplicar hasta por cuatro la capacidad de testeo.
“Cuando un grupo sale positivo debemos testear a todos los miembros de ese grupo, pero si 9 de 10 grupos te salen negativos usaste 19 test y no 100, con este ahorramos test PCR. El piloto que nosotros proponemos es usarlo en hogares de adultos mayores en conjunto con la Asociación Chilena de Seguridad, y así podemos detectar focos de contagio y actuar rápidamente para combatirlos”.
Innovando en el Hospital de Ñuble
Este proyecto, en curso, tiene varios subcomponentes que Basso y su equipo están desarrollando aceleradamente. Por ejemplo, entre otros, el diseño turnos de trabajo para mantener capacidad crítica de atención, minimizando probabilidad de contagio entre el staff. “La plataforma de visualización está siendo trabajada en conjunto con Inteligencia. Esto permitirá una optimización dinámica, reubicando staff entre turnos, horarios y centros a medida que aparecen contagios. Trazabilidad para identificar personal con riesgo de contagio” señala Basso.
“Lo que estamos haciendo en el hospital de Ñuble es trabajar en una planificación de turno que minimiza la posibilidad de contagios y maximiza en el tiempo la capacidad de equipo clínicos, que se componen de intensivistas, TENS, kinesiólogos, y haremos un seguimiento de todo el personal que nos permite trazar contactos de gente que está mostrando síntomas”. A esto se suma otro proyecto, que está muy avanzado, que permitirá leer los datos de los ventiladores a distancia y ayudar a mejorar las capacidades del Hospital de Ñuble, concluye Leonardo Basso.
Escucha la entrevista completa en el siguiente video