Diferir el ingreso al trabajo reduciría hasta en 40% el hacinamiento en el transporte público
Propuesta del ISCI sugiere separar a los trabajadores por rubro económico en tres franjas horarias.
Análisis muestra que, en promedio, habría como mínimo seis pasajeros menos en horas punta. Esto puede repercutir en un menor riesgo de contagio por covid-19, según los expertos.Tan importante como el uso de mascarillas y el lavado de manos frecuente para reducir el riesgo de contagio por covid-19 es mantener la distancia física. Una variable que en el transporte público es casi imposible de aplicar a ciertas horas del día.
De allí que implementar una política de ingreso escalonado al trabajo, que permita extender los horarios punta y reducir las aglomeraciones, pueda ser de gran utilidad. Según un reporte elaborado por investigadores del Instituto de Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI), una medida de este tipo puede significar, en promedio, seis personas menos por bus o carro del metro en horas punta. Es decir, un 13% menos de hacinamiento.
‘Ese porcentaje puede llegar al 30% o 40% en algunos recorridos, permitiendo mantener el distanciamiento físico recomendado por los especialistas’, precisa Franco Basso, académico de la UCV, investigador del ISCI y uno de los autores del estudio.
‘Apenas comenzó la pandemia y los confinamientos, diversos expertos plantearon la necesidad de que el transporte público sea más seguro. Para que ello ocurra, se deben cumplir dos medidas centrales: aumentar la frecuencia de los recorridos y extender los horarios punta. Pero nada de eso ha sido tomado en cuenta hasta ahora’, lamenta.
Por ello, junto a investigadores de las universidades Católica, de Chile, Diego Portales y de Santiago, elaboraron un informe con datos concretos sobre el impacto de estas medidas.
‘Reducir las aglomeraciones a través del aumento de las frecuencias no es factible de llevar a la práctica en el corto plazo. Por eso hay que optimizar y distribuir de manera inteligente lo que ya tenemos’, comenta Raúl Pezoa, académico de la Escuela de Ingeniería Industrial UDP y otro de los autores del trabajo.
Distintos horarios
A través del análisis de datos de la encuesta Casen y del Servicio de Impuestos Internos (SII), los investigadores crearon una matriz origen-destino para los trabajadores por sector económico, identificando mediante Google Maps las rutas más cortas en transporte público.
Así establecieron tres franjas horarias de ingreso: antes de las 08:00, de las 09:00 y de las 10:00 horas. Por ejemplo, en el primer grupo ubicaron a trabajadores del transporte, la construcción, la educación y de actividades financieras. ‘El objetivo es que la carga de usuarios del transporte público, se reparta de la forma más uniforme posible en las tres franjas horarias, de modo de disminuir el hacinamiento al máximo’, precisan.
Datos obtenidos por validaciones de la tarjeta Bip en el mes de diciembre muestran que la mayor cantidad de viajes (38%) se concentran entre las 07:00 y las 07:59 horas. La propuesta permitiría disminuir hasta en 70 mil la cantidad de validaciones que se realizan en ese horario.
‘Esta es una propuesta preliminar, para comenzar a discutir y que pueda servir no solo en pandemia, sino a largo plazo, ya que aliviaría la congestión vehicular’, precisa Basso, quien agrega que en los próximos días presentarán este informe a las autoridades de Economía y de Transporte, para que lideren la discusión. Eso implica involucrar a todos los gremios. ‘No sirve que sea una iniciativa aislada; debe involucrar todos y fijando incentivos para que funcione’, apunta Pezoa.
Si a esto se puede agregar más adelante un aumento de las frecuencias en horas punta, ‘podemos generar un entorno mucho más seguro para los usuarios del transporte público en Santiago’, agrega Basso. Aumentar la flota en la superficie, agrega, también ayudaría a descongestionar el tren subterráneo.
Aunque el análisis se hizo con datos de transporte en la capital, los expertos precisan que puede aplicarse a otras ciudades grandes del país, como Valparaíso, Concepción o Antofagasta.
Fuente: El Mercurio