De vuelta al trabajo, qué es más peligroso: ¿el auto, la micro o el metro? Diez consejos para disminuir el riesgo de contagio en el transporte público
Es uno de los mayores temores de la gente: trasladarse en el transporte público. Aunque sus aprehensiones tienen fundamento, existen algunas recomendaciones que podrían permitirle disminuir el riesgo de contagio.
En franco proceso de desconfinamiento, mucha gente está paulatinamente comenzando a regresar a sus trabajos, lo que en la mayoría de los casos, implica utilizar el transporte público.
Sin embargo, diversos estudios han mostrado cómo la locomoción colectiva es uno de los espacios más confinados, y por lo mismo, uno de los eventuales focos de contagios de coronavirus.
Por eso, muchas personas se angustian pensando en lo peligroso que puede ser el regreso al trabajo utilizando estos medios de transportes.
Un sondeo de la consultora Bare International, por ejemplo, muestra que el 85% de los encuestados en Chile intenta utilizar estos medios menos de una vez a la semana, pues existe un alto nivel de desconfianza por la seguridad que pueda entregar. De hecho, dice el estudio, tan solo 5% de los encuestados cree que los medios de transporte público son confiables y tienen una tasa de contagio reducida.
Y si bien no hay forma de eliminar a cero este riesgo, existen, además de los consabidos lavarse las manos, usar mascarilla y mantener distancia social, hay algunos consejos menos obvios que pueden ayudar a disminuir este riesgo.
De los tres medios de transportes más habituales para ir al trabajo, el que resulta menos seguro es el metro. Y no tiene que ver con las medidas sanitarias que allí se tomen, sino por efecto de la física: el tren subterráneo es el que tiene menos ventilación. Y este es un aspecto clave en el contagio.
Según un grupo de 239 científicos, el Sars-CoV-2 se contagia no solo por gotículas que se expulsan al hablar, reír, toser o estornudar. Sino también por aerosoles, que son más grades y quedan suspendidos en el aire por varias horas, especialmente en lugares confinados, cerrados y con mala ventilación, como puede ser el metro.
Según un estudio de 2018 realizado por Lara Gosce de la U. de Londres y citado en un artículo de la BBC, la gente que usaba regularmente el metro de la capital británica tenía más probabilidades de contagiarse de influenza que los que no lo hacían.
Además, según Leonardo Basso, investigador del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) de la U. Chile, si bien tanto el metro como la micro están congestionados en hora punta, en el tren subterráneo es poco lo que se puede hacer. “Ambos están muy a capacidad y en el caso del metro en el corto plazo no hay cómo hacer mucho más. Las frecuencias son las máximas y no caben más carros en los convoyes.”, dice.
En cambio, en los buses sí se puede hacer más, asegura, incluso sin incorporar nuevos buses, “porque si es que se protegiese a los buses de la congestión que causan los autos mediante las pistas solo bus, entonces los buses podrían andar mucho más rápido y eso permitiría aumentar la frecuencia porque cada bus daría una vuelta mucho más rápido que antes”.
Entonces, a pesar de que ambos están súper congestionados, muy hacinados, “hay más posibilidad de aumentar la capacidad de transporte en bus que en el Metro en el corto plazo”.
Fuente: La Tercera