Contagios en colegios
Señor Director:
El subsecretario de Educación, Jorge Poblete, indica que nuestro trabajo recogido en el artículo ‘Colegios: plantean que contagios se reducirían en 36% con aforos a la mitad’ (6 de mayo) no cuenta con ningún componente que permita aplicarlo en Chile, pero no especifica cuáles serían estas características.
Nuestro trabajo fue pensado para ser aplicado a la realidad nacional, como parte de un programa de planificación adecuado. El análisis se basa en un modelo epidemiológico que considera tamaños de salas representativos de los distintos tipos de colegios (entre 20 y 40, Centro de Estudios Mineduc, 2019). Sabemos que la realidad es heterogénea en nuestros colegios, en infraestructura, presupuesto y realidad laboral de las familias, entre otras, por lo que proponemos distintas alternativas —algunas de muy bajo costo— que mejoran sustancialmente la probabilidad de un retorno escolar exitoso. Más aún, algunas de las medidas evaluadas generan una externalidad positiva en el proceso de trazabilidad fuera del colegio, permitiendo un mejor control de la pandemia.
Cabe destacar que nuestras recomendaciones ya están siendo aplicadas en colegios públicos y privados en la Región Metropolitana, y tienen como objetivo complementar el protocolo general emitido por el Mineduc para el retorno seguro a clases.
Nuestras simulaciones comprueban que un planificado manejo de retorno presencial a los colegios, cosa que a la fecha no ha sucedido, lleva a una reducción importante en el número de contagios y a un mejor manejo de la pandemia. Con gusto podemos explicar al Ministerio de Educación la evidencia de nuestra investigación y sus implicancias. Si algo ha demostrado esta pandemia es que los mundos científico y político deben trabajar unidos, para que logremos superarla con éxito y no descartar a priori evidencia que podría ayudar en esta tarea.
Susana Mondschein y Marcelo Olivares Académicos de Ingeniería Industrial, U. de Chile Investigadores de Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI)
Fuente: El Mercurio