“CONSIDERACIONES EN RELACIÓN A LA ADMINISTRACIÓN DE UNA NUEVA DOSIS DE VACUNA CONTRA SARS-CoV-2”
Durante este año en Chile se ha llevado a cabo una campaña de vacunación priorizada contra COVID-19 que ha utilizado vacuna Coronavac principalmente (17.714.831 dosis), vacuna Pfizer (4.888.508 dosis), Astra Zeneca (381.825 dosis) y Cansino (467.309 dosis) alcanzando un 84,3% de cobertura de la población objetivo al 8 de Julio 2021.
Los efectos de la campaña de vacunación, el desarrollo de anticuerpos, la movilidad y las cuarentenas han sido estudiados por grupos de expertos del Instituto Sistemas Complejos de la Ingeniería (ISCI) y la Facultad de Medicina, de la Universidad de Chile. Estos han logrado establecer un modelo predictivo de estimación de camas UCI requeridas en Chile por pacientes con COVID-19, permitiendo evidenciar el brusco cambio a partir de febrero 2021, lo que coincide con el ingreso de la variante gamma (P.1) mas agresiva y transmisible que la cepa Wuhan, y sus datos muestran que de no haber dispuesto de la vacunación rápida y masiva anti SARS-CoV-2 en el país, el efecto en la morbimortalidad habría sido de mucho mayor impacto.
Es esperanzador el que en las últimas 4 semanas se observe una progresiva disminución de casos, pero sabemos que medidas como cuarentenas y reducción de movilidad son cada vez menos efectivas, lo que asociado al ingreso de nuevas variantes hace necesario evaluar la necesidad de la administración de dosis de refuerzo de vacunas anti SARS-CoV-2.
La información disponible para tomar esta decisión sin embargo es escasa. La presencia de anticuerpos anti SARS-CoV-2 IgG en chilenos vacunados con Coronavac y sin antecedentes de COVID-19 demuestran que luego de alcanzar su mayor nivel luego de la segunda dosis, posteriormente disminuyen progresivamente hasta la semana 23. Así mismo datos preliminares del estudio de vacuna inactivada en adultos, muestran que los anticuerpos neutralizantes disminuyen en forma importante a los 6 meses, aunque la inmunidad celular podría estar conservada. Dado que se desconoce el correlato serológico de protección, parece razonable plantear una dosis de refuerzo de vacuna Coronavac, en el entendido de que una mayor respuesta inmune humoral y celular contribuiría a la protección frente a las variantes de preocupación. El uso de una dosis adicional de vacuna anti SARS-CoV-2 podría ser aplicable a otras vacunas disponibles, sin embargo aún no hay estudios que demuestren su seguridad y estimulación de la respuesta inmune.
Dado que los próximos meses podríamos estar en una situación compleja si consideramos que los individuos mayores tendrán progresivamente menores títulos protectores, que la variante delta podría aumentar su circulación y la posibilidad que se desarrollen otras variantes, estimamos indispensable que:
1. Se continúe avanzando de la manera más acelerada posible en los grupos prioritarios a vacunar, actualmente adolescentes de 12 a 17 años y rezagados, y eventualmente niños si los estudios lo avalan próximamente, con el objetivo de alcanzar la más alta cobertura poblacional.
2. Asegurar financiamiento para realizar una vigilancia activa de las variantes circulantes para así contar con información confiable y en tiempo real sobre la situación local.
3. Iniciar a la brevedad estudios de seguridad e inmunogenicidad de tercera dosis de vacuna, ya sea con dosis homóloga (misma vacuna) o heteróloga (vacuna diferente) para cada una de las vacunas anti SARS-CoV-2 autorizadas en Chile.
4. Los resultados de estos estudios son fundamentales para sustentar la política pública de tercera dosis, cuya aplicación debera ser priorizada inicialmente a adultos mayores, personal de salud y los pacientes con compromiso del sistema inmune.
Fuente: Comité Consultivo de Inmunizaciones (CCI) / Directorio Sociedad Chilena de Infectología
Referencias