Poder de mercado: Chile el mateo del curso
‘…no parece entenderse que el hecho de que se detecten y se demuestre la existencia de colusión, es la mejor señal de que la autoridad de la competencia está haciendo su trabajo en forma excelente…’.
El poder de mercado es aquella situación en la cual el precio de un determinado bien en ese mercado es mayor al costo de producción del bien, el cual incluye el costo de oportunidad de todos los recursos involucrados en la producción del bien en cuestión. A mayor es la diferencia entre precio y costo, mayor es el poder de mercado.
Las principales razones para el poder de mercado son: las barreras a la entrada, la colusión y las economías de escala. Las barreras a la entrada se refieren a restricciones legales que hacen la entrada de nuevos competidores muy costosa o imposible. La colusión ocurre cuando dos o más empresas diseñan un mecanismo de coordinación de precios y uno de monitoreo de ellos que les permite a las empresas cobrar por sobre el precio que se daría en ausencia de dicha coordinación. Este precio puede ser igual o menor al precio monopólico. Las economías de escala se producen cuando la tecnología es tal que el costo de producción disminuye con la cantidad producida. Por ejemplo, esto ocurre en empresas donde la logística y las tecnologías de la información juegan un rol fundamental, como es el caso de Amazon.
El problema que genera el poder mercado es que la cantidad transada y, por ende, consumida es menor a la que habría tomado lugar en un mercado que carece de poder de mercado. Eso genera una pérdida para la sociedad, porque se dejan de consumir unidades que los ciudadanos valoran más que el costo total de producirlas.
Según el estudio de De Loecker and Eeckhaut (2021), en las últimas tres décadas ha habido un aumento sustancial en el poder de mercado en Europa, Estados Unidos y Asia. Estos se han mantenido relativamente estables en África y Latinoamérica. En este último, Colombia y Argentina muestran el mayor aumento. El mateo del curso, con la caída más grande entre todos los países estudiados, es Chile.
Mientras la evidencia empírica muestra, una y otra vez, que en Chile se hacen bien las cosas en muchas áreas, los relatos nacionales se esmeran en mostrar una realidad muy diferente. Las razones son el desconocimiento y el deseo, de algunos, de acabar con la economía de mercado. Para construir sus relatos se parapetan en los casos de colusión y en la concentración de algunos mercados.
La colusión es ubicua. En Europa se han sancionado 29 casos en los últimos cinco años, con multas acumuladas por un monto de 6.261.732.648 euros. Lo que no parece entenderse en Chile es que el hecho de que se detecten y se demuestre la existencia de colusión, es la mejor señal de que la autoridad de la competencia (FNE y TDLC) está haciendo su trabajo en forma excelente. En los países donde no se detectan ni sancionan casos de colusión se debe o a la ausencia de una autoridad que vele por la competencia o a la existencia de una autoridad corrupta que no hace el trabajo.
La concentración de mercado es tan solo uno y, quizás, el menos fidedigno de los indicadores de poder de mercado. Las innovaciones tecnológicas que han resultado en empresas de gran tamaño, como las punto com, o en fusiones de empresas, muchas veces van acompañadas por bajas de precios debido a la ganancias en eficiencia que la innovaciones y fusiones generan. Por ende, la mayor concentración no es sinónimo de mayor poder de mercado. Esto implica que cada caso debe ser analizado cuidadosamente, tomando en consideración las particularidades de cada mercado. Cosa que parece no entenderse bien.
Por último, hay que entender que el debate académico acerca de si el poder de mercado incentiva o desincentiva la innovación sigue abierto. La evidencia apunta a una relación en forma de U invertida, es decir, mucha competencia genera bajos incentivos a la innovación. La evidencia es clara respecto de que la innovación se ve limitada cuando el acceso al crédito es difícil o es muy costoso. Dicho esto, es dable esperar una caída en la innovación en los próximos años debido al aumento del costo y restricción del acceso al crédito.
No deja de sorprender que mientras el grito de la élite anticapitalismo es la falta de competencia en Chile (en sus palabras, el abuso de los empresarios), la evidencia empírica muestra que no es así, y tanto el programa de gobierno del Presidente Boric, como la propuesta de nueva Constitución, la cual legisla sobre todos los temas, tocan tangencialmente el tema de la competencia y las instituciones que la defienden. De hecho, esta última sienta las bases para la creación de monopolios estatales en varios mercados.
Por: Felipe Balmaceda Instituto de Políticas Económicas (UNAB), Instituto de Sistemas de Ingeniería Complejos (ISCI), Instituto Milenio MIPP.