Llaman a Chile a invertir en distribución y sortear obstáculos políticos para impulsar transición energética
Impulsar la inversión en el sistema de distribución de Chile es un desafío político más que técnico, plantean algunos expertos del sector.
Invertir en infraestructura y tecnología para reforzar la generación distribuida y la electrificación de la economía se considera fundamental para lograr el objetivo de emisiones netas cero para 2050 y crear un sistema más resiliente y eficiente.
Invertir hoy traería beneficios a mediano y largo plazo para los consumidores, mientras que no hacerlo traería consecuencias más adelante. Es el mensaje que los políticos y el sector privado deben comunicar, según los participantes de una conferencia organizada por la asociación regional de distribuidoras Adelat y el Instituto de Sistemas Complejos de Ingeniería Complejos de Chile (ISCI).
Al igual que en el sector de transmisión, la inversión en distribución debe ser cubierta por los usuarios finales.
Es necesario colocar a los consumidores al centro y los proyectos de ley que se debaten en el Congreso, que darían lugar a aumentos de tarifas, exigen evangelizar sobre los costos y beneficios, señalaron durante el evento.
“Cualquier reforma que implique un alza al consumidor es compleja”, advierte Marco Mancilla, secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Energía (CNE) de Chile.
Mancilla añadió que comunicar las ventajas más amplias de la inversión en la red resulta esencial.
“Esa es la pega [el trabajo] del ministro de Energía que le toque, esa es la pega de las mismas empresas, esa es la pega de los representantes legislativos. Sin esto, es bien difícil que cualquier reforma, por muy bien realizada que esté desde el punto de vista técnico, prospere”.
Rodrigo Moreno, académico de la Universidad de Chile e investigador de ISCI, hizo eco del costo futuro de no actuar y de la importancia de informar a los usuarios sobre estos problemas.
“Este es un tema que se ha transformado en un problema político”, señala Moreno, sugiriendo que los subsidios focalizados podrían desempeñar un papel en la protección de los sectores más vulnerables.
“Estamos hablando básicamente de un sistema que va a generar mucho más capex que opex, que es lo contrario de lo que ocurre actualmente”.
En este contexto, el Ministerio de Energía de Chile formó un grupo de trabajo para el segmento residencial que se encargará de explorar el área y realizar estudios asociados que puedan conducir a propuestas de políticas. En paralelo, las autoridades reguladoras están haciendo ajustes a los marcos vigentes.
En Chile, el mayor énfasis de la transición energética se ha puesto en general en el paso de la generación sucia a la generación limpia, así como en la transmisión y el almacenamiento.
“Es fundamental que en Chile y en el resto de América Latina se empiece a poner la distribución en el corazón de la transformación”, indicó Mauricio Riveros, jefe de la división de energía sustentable del ministerio.
Se necesitan incentivos para aumentar el número de participantes en el mercado y generar nuevos segmentos, mientras que además debe adecuarse el sistema tarifario, planteó Riveros en su presentación.
David Felipe Acosta, presidente de Adelat, señaló en la conferencia que la inversión podría iniciarse bajo los marcos regulatorios vigentes.
“Desde nuestro punto de vista, respetuosamente consideramos que no hay que esperar la gran reforma, que en algunos casos es necesaria, pero hay espacios regulatorios dentro de Chile para poder comenzar de manera decidida a incentivar las inversiones de los distribuidores para asegurar la transición energética”.
Acosta mencionó la importancia de proporcionar a las distribuidoras un sandbox regulatorio para que la tecnología empleada en otras regiones pueda probarse en América Latina.
Mientras tanto, Adelat publicó un documento de políticas centrado en la normatividad, documento que plantea que abordar los problemas de distribución requiere “un plan de inversión sin precedentes”.
El consumo de electricidad de un hogar chileno típico podría cuadruplicarse en las próximas décadas debido a los sistemas de calefacción y refrigeración y los vehículos eléctricos, que según proyecciones circularían alrededor de 1 millón en la capital, Santiago, de aquí a 2040.
Ignacio Santelices, director ejecutivo de Adelat, señaló que los clientes que compran bienes eléctricos asumen que la red puede soportarlos.
“Lo importante aquí es que no nos pillen con una red que no esté actualizada, que no esté modernizada”, advirtió Santelices, exdirector ejecutivo de la agencia de sostenibilidad energética de Chile y exjefe de eficiencia energética del Ministerio de Energía.
La capacidad de generación distribuida podría duplicarse con creces a 5GW para 2026, según una presentación del ministerio, y la política establece que los nuevos vehículos ligeros y el transporte público urbano deberán generar cero emisiones para 2035. La Ley de Electromovilidad y Almacenamiento Energético de 2022 abre la puerta a que los vehículos eléctricos operen como sistemas de almacenamiento distribuida y puedan extraer e inyectar energía en la red.
Sobre la necesidad de triplicar las tasas de electrificación para 2050, Santelices planteó: “Tenemos un tremendo desafío en un muy corto plazo”.
Adelat, cuyos 17 miembros representan a más de 70 millones de hogares y empresas en Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú, se creó en 2021 para promover el debate público sobre la modernización de la distribución de energía y compartir mejores prácticas.
Fuente: Bnamericas.com