Las dos miradas al Plan de Descarbonización del Gobierno
MEDIOAMBIENTE. Ejecutivo presentó versión preliminar del documento a Consulta Ciudadana. Organizaciones ecologistas tienen críticas, mientras que Guacolda Energía lo respalda.
En junio, diversas organizaciones ambientalistas lanzaron la campaña ‘Chao Carbón’ para llamar la atención de lo que consideraban un rezago de algunas comunas del país, donde se concentraban centrales generadoras eléctricas con tecnología térmica.
Una de esas comunas es Huasco, que mantiene un complejo de generación de energía compuesto por cinco termoeléctricas, propiedad de Guacolda Energía. En todo el país quedan solo ocho termoeléctricas, por lo que la concentración en esa comuna de la Región de Atacama es importante.
La campaña tenía como objetivo lograr que el Plan de Descarbonización que tenía que presentar el Gobierno durante este año precisamente abordara la situación de las termoeléctricas de Huasco.
Y el Gobierno presentó su plan. Y las organizaciones no quedaron conformes.
El nuevo plan de descarbonización
Fue el 8 de noviembre pasado la fecha en que el Ministerio de Energía presentó la primera versión de su Plan de Descarbonización.
En un comunicado, la cartera aseguró: ‘Este documento preliminar traza una hoja de ruta para alcanzar un sistema eléctrico descarbonizado eficiente, seguro y resiliente, que surgió de un trabajo técnico y diálogo estratégico que incluye la visión de diversos actores del sector. Además, considera las recomendaciones regulatorias para la descarbonización realizadas por el Instituto de Sistemas Complejos para la Ingeniería (ISCI) y contó con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)’.
Para el Ministerio de Energía, el plan ‘busca proveer las condiciones habilitantes que permitan prescindir del carbón y avanzar de manera más acelerada hacia un sistema eléctrico bajo en carbono. Para ello, contiene 45 medidas concretas en el marco de 4 ejes: (1) Desarrollo urgente de proyectos energéticos para la descarbonización nacional; (2) Transmisión eléctrica como habilitante para el carbono neutralidad; (3) Operación de corto plazo segura y flexible en un sistema eléctrico altamente renovable; (4) Robustecimiento del mercado de largo plazo y promoción de electrificación limpia de la demanda’.
El documento es la continuidad de un trabajo desarrollado por el Estado de Chile desde el 2018, año en que se comenzó una primera etapa de descarbonización que termina este 2024 y que ha sido reconocida transversalmente por haber logrado cerrar ya 11 centrales termoeléctricas a carbón y establecer compromisos de cierre o reconversión para otras nueve centrales del mismo tipo hacia finales de 2025.
Las críticas de las organizaciones
Pero el documento preliminar no fue aplaudido por la ‘Coalición Nacional Chao Carbón’, que agrupa a organizaciones ambientalistas a nivel país y de la Región de Atacama.
En concreto, las entidades critican que el nuevo Plan de Descarbonización no contempla ninguna actualización respecto al cronograma vigente, y no incluye propuestas para el retiro de las ocho centrales temoelécticas sin compromisos de cierre, entre las que se cuentan las ubicadas en Huasco.
Además, las organizaciones rechazan categóricamente la propuesta de reconversión de las centrales carboneras a la tecnología de co-combustión de carbón y amoniaco presentada por la empresa Guacolda Energía, operadora del complejo termoeléctrico huasquino.
Además, para Chao Carbón está ausente del nuevo Plan un ‘eje prioritario’ alineado con una transición socioecológica justa que incluya acciones, fechas y responsabilidades concretas para remediar los pasivos ambientales y reparar las afectaciones a la salud en las comunas donde operaron y aún operan centrales termoeléctricas a carbón, junto con planes de desarrollo local que aporten beneficios económicos y reduzca las cargas ambientales. Para las organizaciones es necesario que se establezca una hoja de ruta clara, que garantice que las actividades conducentes al cierre o reconversión se realicen de manera oportuna y responsable, evitando que queden a discrecionalidad de las empresas.
La directora del programa Chile Sustentable, Sara Larraín, sintetizó la posición de las organizaciones: ‘Esperamos que en el Plan se incluyan metas y acciones más ambiciosas para acelerar el cierre de centrales carboneras en torno al año 2030, especialmente la incorporación de nuevos compromisos de cierre de las ocho centrales que aún no se han comprometido, entre las cuales estan las cinco unidades Guacolda que se ubican en Huasco.’
Larraín agregó: ‘El plan además debiese retirar las medidas que significan un retroceso en la regulación ambiental vigente, donde por ejemplo se podrían eximir de Evaluación de Imapacto Ambiental a nuevas obras de transmisión’.
Un plan en consulta
Pero el Plan de Descarbonización se encuentra en una versión ‘preliminar’, porque aún se desarrolla la Consulta Ciudadana del documento, hasta el próximo lunes 16 de diciembre.
El proceso es abierto y los interesados pueden participar a través de la web del Ministerio de Energía (energia.gob.cl). Y en ese proceso Sara Larraín alberga esperanzas.
‘Es importante incluir las observaciones de la ciudadanía y las comunidades locales en el proceso de consulta pública pues son quienes experimentan la transición directamente en sus comunas y quienes están expuestas a los costos sociales y ambientales de la operación de centrales carboneras. Las comunidades locales son testigos de la falta de remediación ambiental en las comunas, por ejemplo, y tienen derecho a exigir nuevas formas de desarrollo local sin industrias contaminantes’ planteó la directora de Chile Sustentable.
Por su parte, Alejandro Varas, miembro de la agrupación Huasco Sin Relaves, planteó que ‘las expectavivas de la comunidad huasquina de iniciar una etapa de descarbonización de su comuna se desvanecen con el nuevo Plan de Descarbonización, ya que este plan valida la tecnología de combustión carbón-amoníaco de Guacolda y no actualiza el cierre de ninguna de las cinco centrales que posee’.
‘De esta manera, Huasco sería la única comuna en Chile donde no se cerrará ninguna central termoeléctrica y donde seguirá habiendo combustión del carbón hasta al menos el año 2040. Además el nuevo Plan no se compromete con fechas para que Guacolda remedie los pasivos ambientales que viene dejando ya hace mas de 30 años en nuestra comuna,y propone eximir a los proyectos energéticos de ingresar a evaluación ambiental si se emplazan en zonas con evaluación ambiental estratégica, lo que solo agudiza el problema de las zonas de sacrificio ambiental’, cerró Varas.
La posición de guacolda
Pero las aprehensiones de las organizaciones ambientalistas tuvieron respuesta por parte de Guacolda Energía, la operadora del complejo eléctrico de Huasco.
La empresa aseguró que ‘Guacolda hoy está comprometida con el Plan de Descarbonización impulsado por el Gobierno, el cual contempla entre sus alternativas las reconversiones de plantas termoeléctricas. De ahí que Guacolda ha optado por esta alternativa porque con ello mantiene su aporte de suministro de energía confiable, flexible y segura 24/7 al Sistema Eléctrico Nacional, con objeto de no afectar la seguridad del mismo y también porque entendemos que nuestro aporte no es sólo desde el punto de vista energético sino también desde la perspectiva social, manteniendo fuentes laborales de calidad y un aporte económico relevante a nuestra comunidad local’.
‘Por ello que nuestro proyecto de reconversión surge a partir del compromiso con una transición energética justa y responsable’, agregaron desde la compañía.
Específicamente, sobre el cuestionado proceso de reconversión, la eléctrica detalló que ‘el proyecto de reconversión de Guacolda, a través de la combustión de amoniaco verde y carbón, permitirá rebajar -en una primera etapa- sus emisiones en 30% y en una segunda fase a 50%, aspirando a aumentar dichas reducciones en la medida que el desarrollo tecnológico lo permita’.
‘El amoníaco verde se produce a partir de hidrógeno verde y nitrógeno extraído de la atmósfera, que se devuelve tras el proceso de combustión. Al quemarse, el amoníaco no emite CO2, lo que disminuye directamente las emisiones de la planta, incluyendo también reducciones de material particulado y de dióxido de azufre’, señaló la empresa.
Finalmente, la generadora informó que ‘Guacolda ha reafirmado en varias ocasiones su compromiso con el Plan de Descarbonización Voluntaria impulsado durante el gobierno del exPresidente Sebastián Piñera. Es en ese contexto que Guacolda ha tomado la decisión de avanzar en un proceso de reconversión, que se realizará de manera gradual y progresivamente. Para ello se firmó un Memorando de Entendimiento con Mitsubishi Heavy Industries (MHI) para explorar la factibilidad de la co-combustión de amoníaco en la central termoeléctrica. Los estudios realizados para la co-combustión de amoníaco al 30% han dado buenos resultados. Por lo que esperamos al 2025 tener un plan detallado para la reconversión y avanzar, si la tecnología lo permite, en aumentar la tasa de co-combustión hasta el 50%, aspirando a llegar al 100%’.
Así, dos miradas conviven en el proceso y aún falta para conocer cuál primará en el Plan de Descarbonización definitivo.
Fuente: El Diario de Atacama