28 Julio 25

Investigación aplicada de Ingeniería Industrial de la U. de Chile apoya Campaña de Invierno 2025: ¿Qué viene ahora?

Un  equipo  de  académicos  del  Departamento de  Ingeniería  Industrial  de  la Universidad de Chile e investigadores del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería colabora activamente –desde hace ya  tres  años—con  el Ministerio  de Salud en el  monitoreo y evaluación de la  Campaña de  Invierno, aportando  datos, modelos  predictivos y análisis económicos que respaldan la toma de decisiones frente a los virus respiratorios.


A través de la plataforma NirseCL, del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI), y reuniones periódicas con la red asistencial y los servicios de salud, los investigadores han entregado información clave sobre la evolución de la temporada invernal, incluyendo la confirmación de que el peak de influenza se superó hace algunas semanas. No obstante, enfatizan la importancia de mantener las medidas preventivas y de inmunización, ya que el virus sigue circulando y generando hospitalizaciones.

“Hemos seguido trabajando en las predicciones para el Ministerio de Salud en relación con cómo se desarrolla la campaña de invierno, actividad que hacemos desde 2023. Por ejemplo, fuimos capaces de mostrarles que, hace ya algunas semanas, el peak de influenza había pasado pero que, al mismo tiempo, se espera un rebote de las bronquitis y las bronquiolitis después de las vacaciones de invierno, lo que permite prepararse de otra manera. Ahora, es importante insistir en que, aunque los casos de influenza estén bajando, las personas igual se pueden enfermar. Eso se ve en los datos, en los modelos y también en los hospitales”, advierte Leonardo Basso, académico de Ingeniería Industrial de la U. de Chile y director del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI).

Leonardo Basso, académico de Ingeniería Industrial de la U. de Chile y director del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI).

Uno de los focos del equipo de investigación, integrado por Marcel Goic, Denis Sauré y Charles Thraves, además de tesistas y exalumnos de Ingeniería Industrial, es el seguimiento de los niños nacidos en 2025, quienes enfrentan su primera temporada de Virus Respiratorio Sincicial (VRS), y de aquellos que este año viven su segunda temporada tras haber recibido el anticuerpo monoclonal Nirsevimab en el año 2024. Los investigadores analizan si la inmunización previa (realizada en 2024) ofrece mayor protección en comparación con esta segunda exposición.

En forma paralela, el grupo de académicos trabaja en tres proyectos estratégicos:

  • La evaluación económica del uso del Nirsevimab, que ha mostrado un resultado muy positivo en términos financieros al generar ahorros superiores al costo del medicamento. Basso explica que cuando el Estado implementa una política de inmunización —compra una vacuna, protege vidas y reduce casos—, los ahorros en hospitalizaciones casi nunca alcanzan a cubrir el costo. “Normalmente es una inversión a largo plazo, no un ahorro directo. Pero hemos encontrado que con la estrategia del Nirsevimab  sobró dinero: los ahorros en hospitalizaciones y licencias superaron el costo del medicamento y estamos calculando cuánto exactamente quedó como ahorro”.

  • El análisis de su impacto específico en la población de alto riesgo (recién nacidos). Antes de su uso, lo único que existía era otro anticuerpo monoclonal, el Palivizumab, que se administraba solo a niños de alto riesgo (con cardiopatías congénitas o prematuros de menos de 32 semanas o menos de un kilo y medio de peso). “Ya publicamos qué pasó con la población general, pero ahora queremos ver si con el Nirsevimab protegemos igual que antes, pero a menor costo, o si, además, estamos protegiendo mejor”, detalla el investigador.
  • El estudio de una alternativa al anticuerpo monoclonal: la vacuna materna, que produce Pfizer bajo el nombre Abrysvo, y que hoy está disponible para ser administrada a las madres durante el embarazo, generando inmunidad que luego se traspasa al recién nacido, quien nace protegido. “Y aquí surge la idea de combinar ambas estrategias: vacunar a la madre y luego aplicar el anticuerpo monoclonal al recién nacido”, señala Basso. Esto, porque existen diferencias importantes: la efectividad de la vacuna materna es similar a la del Nirsevimab en los primeros tres meses del bebé, pero luego disminuye. Además, se ha visto que alcanzar buenas coberturas con la vacuna materna es más difícil que con el anticuerpo monoclonal.

“La gran pregunta es si al país le conviene usar una estrategia híbrida que combine ambas alternativas, como se ha propuesto ampliamente, o si es mejor mantenerse solo con monoclonales. Creemos que tal como lo hicimos con el Nirsevimab en el año 2023, esto se debe estudiar con evidencia científica, basada en la mejor analítica de los datos disponibles, proyecta el investigador.

Finalmente, Leonardo Basso también llama la atención sobre un nuevo anticuerpo monoclonal, Clesrovimab desarrollado por el Laboratorio Merck y recientemente aprobado en Estados Unidos. “Eso también podría abrir nuevas alternativas para el futuro”.

Fuente: DII – Universidad de Chile.

Revisa la entrevista al director del ISCI, Leonardo Basso, en el programa La Fuente de la radio Universidad de Chile.