Instituto de Ingenieros de Chile distingue a académicos y egresados/a FCFM
El Profesor Emérito y exdecano Patricio Aceituno fue galardonado con el premio “Raúl Devés Jullian”, mientras que el director del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) y académico del Departamento de Ingeniería Civil, Leonardo Basso, fue reconocido con el premio “Al ingeniero por acciones distinguidas”. Integrantes de la comunidad de Alumni también fueron honrados/as por sus méritos.
El 23 de agosto de 2023, el Directorio Ejecutivo y el Consejo Consultivo del Instituto de Ingenieros de Chile realizaron su discernimiento de Premios del año en curso, ocasión en que dos académicos de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile fueron galardonados.
Patricio Aceituno.
En la categoría premio Raúl Devés Jullian, la corporación galardonó a Patricio Aceituno Gutiérrez en reconocimiento a los valores, esfuerzo y trabajo desarrollados por el académico de la FCFM en el campo de la enseñanza de la ingeniería,
El Prof. Patricio Aceituno es ingeniero civil electricista de la Universidad de Chile (1974) y Ph.D. en Meteorología de la University of Wisconsin – Madison, USA (1987). Antes de asumir el cargo de vicerrector de Asuntos Académicos de la U. de Chile, fue vicedecano de la FCFM, director de la Escuela de Postgrado, subdirector Académico y director del Departamento de Geofísica de la Facultad. Luego, ejerció como decano de la FCFM entre 2014 y 2018.
Entre sus trabajos de investigación destaca el estudio de las anomalías climáticas en Sudamérica asociadas a los fenómenos de El Niño, lo que le valió un amplio reconocimiento científico a nivel mundial y la medalla Alexander von Humboldt, otorgada por la Unión Europea de Geociencias (EGU, por sus siglas en inglés) en 2006. En 2019 fue distinguido por la Universidad de Chile con la más alta jerarquía de la carrera académica, Profesor Emérito.
Gran satisfacción expresó el profesor Aceituno con esta noticia. “Recibo con mucho orgullo este inesperado reconocimiento, porque ocurre al cabo de 5 años de mi retiro formal de la academia, a la cual no obstante he continuado vinculado a través de la docencia en el DGF y en el Plan Común en un curso de física. Esto da cuenta del valor primordial que le doy a la actividad de transferencia del conocimiento, como el eje central de la vida universitaria, que define la naturaleza de nuestra institución y que la diferencia de un instituto de investigación”, comaprtió.
En este contexto, el Profesor Emérito puso en valor el aporte al proyecto de país en la formación de las futuras generaciones de profesionales. “Me gustaría poder convencer a las nuevas generaciones de académicos/as que el producto más valioso de nuestro quehacer académico, y que constituye el aporte más relevante y duradero que entregamos al país, son los muchos centenares de personas que anualmente se titulan de las carreras profesionales o que se gradúan de programas de licenciaturas, magister y doctorado, y a las cuales contribuimos en forma colectiva a su formación.”, expresó Patricio Aceituno.
Un aprendizaje que “nos cambió”
El premio “Al ingeniero por acciones distinguidas” fue otorgado a Leonardo Basso Sotz, ingeniero civil y magíster en Ingeniería de Transporte de la Universidad de Chile y doctor en Economía y Políticas de Transporte de la Universidad de British Columbia, Canadá. Actualmente es académico del Departamento de Ingeniería Civil de la FCFM y director del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI), centro de excelencia de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID, ex-Conicyt). Sus líneas de investigación son la regulación y competencia en mercados de transporte, así como temas asociados a organización industrial y libre competencia, incluyendo la detección de carteles y el cálculo de daños causados por colusión.
Este reconocimiento comenzó a entregarse en el Instituto de Ingenieros de Chile en 1984 y destaca a aquellos profesionales que se han distinguido por su valioso aporte a la ingeniería y al desarrollo del país, con acciones que excedan el desempeño normal y eficiente de las labores habituales del ingeniero, redundando en un beneficio evidente para la sociedad y la profesión.
En esta oportunidad, la experiencia implementada por el equipo del ISCI -liderado por Leonardo Basso- y que desarrolló herramientas analíticas para ayudar a superar la crisis COVID, permitió evitar al menos 2.800 muertes, más de 65 mil infecciones que no se produjeron y un ahorro sobre 200 millones de dólares. El impacto de este desarrollo e implementación en una crisis sanitaria le significó recibir el prestigioso Franz Edelman Award 2022, a la mejor intervención de ingeniería aplicada del mundo.
Leonardo Basso.
El académico se manifestó muy contento y emocionado con este premio. “Se trató de un trabajo innovador, realizado bajo una presión pocas veces vista, que debía generar resultados porque había vidas que, literalmente, podían ser salvadas si lo hacíamos bien. Y afortunadamente tuvo impacto, gracias a que al trabajo de los ingenieros se sumó el de los infectólogos, geógrafos, epidemiólogos, personal de salud en terreno, autoridades y -¡muy importante!- el de nuestros alumnos. Se trató de un trabajo realmente transdisciplinario, en que los tres sectores que confluimos: academia, sector privado y sector público, entendimos que era un momento único, que requería de una capacidad de comunicación entre las partes superior al usual, de confianza, para luego pasar a la etapa de una implementación en terreno que fuese rápida y efectiva. Una ‘unidad de propósito’ cómo acertadamente le llamó el ex-ministro Andrés Couve”, expresó Leonardo Basso.
“Creo que hay enormes aprendizajes a partir de lo que hicimos”, añadió el académico. “Aprendí muchísimo y sé que para los colegas y estudiantes involucrados fue así también. Aprendí que, en muchas ocasiones, para resolver un problema o mejorar la situación del país en algún aspecto, la transdisciplina es fundamental: se aprende y se enseña, se entiende, y luego en conjunto se investiga, se propone, se innova y -uno espera- se impacta en el bienestar social y económico de diferentes comunidades. Aprendimos también que, en el camino de resolver problemas concretos, la investigación que se realiza puede ser de primer nivel y ser publicada en las mejores revistas. No hay contradicción, necesariamente, entre orientarse al problema concreto e investigar y publicar bien. Y aprendimos también que es posible lograr una interacción virtuosa entre lo público, lo privado y la academia, con impactos superiores a los que podemos conseguir solos, si es que se escucha y se convence. Estas son todas cosas que muchos de quienes nos han antecedido saben y han aplicado; imposible no pensar en Andrés Weintraub y colegas, con su premio Edelman y esta misma distinción años atrás. Pero esta vez lo vivimos en carne propia. Y nos cambió”, concluyó Basso.
Fuente: Ingenieriauchile.cl