Homeostasis del riesgo
Una de las principales medidas para prevenir el contagio con el Covid- 19 corresponde al distanciamiento social, que se podría resumir en un ‘no se acerque a otras personas’, siendo la distancia mínima recomendada un 1,20 metros. Una segunda medida se asocia con evitar tocar objetos en los que podría estar el virus, como son pasamanos, muebles, dinero, etc. Como es difícil que esto no ocurra, entonces la recomendación es lavar rigurosa y frecuentemente las manos con jabón, usando alcohol gel si el lavado no es posible. Una tercera recomendación se asocia con el uso de mascarillas y guantes, particularmente para las personas que sospechan que podrían ser portadoras y que no están afectas a una cuarentena. Respecto de esta última indicación, llama la atención que el uso se recomienda a quienes se sospecha podrían ser portadores y no a las personas sanas o de bajo riesgo. Esto es repetido frecuentemente por los especialistas en salud. ¿Por qué? Acá aparece la denominada ‘homeostasis del riesgo’, que básicamente establece que ‘el exceso de precaución para reducir un riesgo puede volverse contra nosotros mismos, aumentando el riesgo general’.
Esto refleja una tendencia psicológica de los seres humanos, pues una vez que se ha introducido una medida de seguridad concreta, en relación con un riesgo percibido, las personas parecen reajustar su conducta, tornándola más peligrosa e incrementando su exposición al riesgo.
En otras palabras, entre más seguros nos sentimos, de manera más arriesgada nos comportamos. En el marco de la pandemia del Covid- 19, si usted está sano o no pertenece a un grupo de riesgo o alta exposición y usa mascarilla o guantes como una medida de prevención, podría pensar que es poco probable que se enferme porque se ha protegido, pudiendo adoptar conductas de mayor riesgo. Por ejemplo, no respetar debidamente la distancia mínima de acercamiento, tocar objetos donde el virus podría estar presente, ayudando a transmitirlo a terceros y a usted mismo. Más aún, si a lo anterior agregamos una mala manipulación de las mascarillas y un inadecuado retiro de los guantes, entonces, finalmente, usted se estará colocando en riesgo y estará contribuyendo, eventualmente, a propagar el virus. Por lo tanto, si está sano o sana y debe salir obligadamente de su zona segura, e insiste en usar guantes o mascarilla, aun así debe realizar las otras medidas preventivas. Y si usted reconoce su tendencia a tomar conductas de mayor riesgo, por sentirse más protegido al usar elementos profilácticos, entonces, lo mejor es que no use ni mascarilla ni guantes, ya que así será consciente de los riesgos a los que estaría sometido y tendrá una conducta más precavida. Ahora bien, si su actitud y adherencia hacia las medidas de prevención recomendadas por los especialistas sanitarios es muy baja, por los otros, por sus cercanos y por usted, lo mejor es que se quede en su casa.
Dr. Alejandro Tudela Román Académico Facultad de Ingeniería, Universidad de Concepción. Investigador ISCI
Fuente: La Discusión