16 Agosto 21

Accidentes en Santos Ossa, dolor de cabeza permanente

Tras frecuentes choques y volcamientos de vehículos pesados que no deberían usar ese acceso a Valparaíso, el MOP ejecutó obras para minimizar riesgos que terminaron en junio. Al mes siguiente hubo otro. Ingenieros y autoridades sectoriales examinan el problema. El jueves 1 de marzo de 2018, a las 10.20 de la mañana, un bus en que viajaban 42 personas procedentes de San Antonio se precipitó por la bajada Santos Ossa, arrastrando a su paso a una camioneta de Carabineros y a un vehículo particular, y fue a estrellarse contra el muro de contención de la avenida Argentina, en el acceso a Valparaíso. Resultado: 47 heridos, entre ellos un adulto que sufrió una amputación traumática y fractura de pelvis.

Miles de porteños recuerdan seguramente la escena del bus volcado en medio de la vía, aplastando a uno de los dos móviles afectados, mientras numerosas ambulancias y personal del Samu, de Bomberos y Carabineros auxiliaban a los pasajeros en shock, que dependiendo de su gravedad eran trasladados a los hospitales Carlos van Buren de Valparaíso, Gustavo Fricke y Naval de Viña del Mar.

No fue el último accidente grave ocurrido en el lugar. Tampoco el primero. Los vecinos de más edad quizás recuerdan la tragedia ocurrida en la década de los 70, cuando un camión arenero de Vialidad, con cuatro ocupantes en la cabina y unos 30 trabajadores atrás -que regresaban de un partido de fútbol- bajó a alta velocidad por Santos Ossa y se estrelló contra el muro de la sede de Inacap en el Pasaje Casablanca, el edificio donde hoy funcionan los servicios de la municipalidad local.

Hubo más de treinta víctimas fatales, incluida una mujer que fue atropellada por el vehículo cuando cruzaba la calle. En ese tiempo no había muro de contención, de modo que el camión fuera de control cruzó las dos pistas y el bandejón central de la avenida Argentina hasta terminar incrustado en el edificio educacional, dejando a su paso muertes y destrucción.

Desde entonces las cosas han cambiado. Santos Ossa fue ensanchado a cuatro pistas y en el primer semestre de este año el Ministerio de Obras Públicas (MOP) sometió a trabajos de seguridad vial el tramo de 945 metros comprendido entre el acceso a la pista de emergencia hasta la bifurcación con calle Santa Elena, a un costo de $523 millones.

Las obras concluyeron en junio. El sábado 31 de julio, a las 5.42 de la mañana, hubo que lamentar un nuevo accidente en el mismo lugar, otra vez protagonizado por un vehículo pesado: un camión que transportaba alimentos y artículos de aseo para abastecer a un supermercado del Almendral.

¿Qué más hacer con Santos Ossa?

DISEÑO CON NORMAS Y TRÁNSITO DE HACE 40 AÑOS

“Es una vía diseñada hace más de 40 años, con normas de la época, cuando las condiciones de tránsito no eran las actuales, había menos vehículos y eran más pequeños”, subraya el ingeniero civil y doctor en Ingeniería René Espinoza, académico de la Universidad de Valparaíso (UV).

“Posteriormente se mejoró siguiendo las condiciones de tráfico y circulación, ampliándose a cuatro carriles, dos de bajada y dos de subida. ¿Con eso qué hemos hecho? Se ha dado al usuario una comodidad muy grande y una facilidad para desarrollar velocidades más altas que hace cuatro décadas. Es automático que los vehículos van a circular a mayor velocidad incluyendo los pesados, y ahí está el peligro”, advierte.

El ingeniero civil matemático y doctor en Sistemas de Ingeniería, Franco Basso, académico de la Escuela de Ingeniería Industrial de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), plantea: “El diseño original que tiene la avenida no es algo que favorezca la seguridad vial, y particularmente no es algo que esté pensado para que vehículos de alto tonelaje circulen a altas velocidades por allí”.

Observa que para que se generen volcamientos como los que se han registrado en ese lugar, “tiene que haber velocidad aparte de masa. Mientras más masa haya, menos velocidad se requiere para que se produzca un volcamiento, pero lo que observamos en esa bajada es que existe una pendiente muy alta que hace que las personas tengan naturalmente la tentación de aumentar la velocidad de sus vehículos, y si esa curva se toma a más de 100 k/h los riesgos de volcamiento y de choque son importantes”.

Claudio Acuña, ingeniero experto en prevención de riesgos y docente de la Universidad Federico Santa María, remarca que a pesar de que hay señalética que advierte los límites de velocidad, “lamentablemente hay personas que superan esos límites, entonces esto va también por la responsabilidad de los conductores, que deben aportar para ayudar a prevenir estas situaciones, y por la fiscalización, porque en rigor los vehículos pesados no deben bajar por ahí”.

RESTRICCIÓN PARA CAMIONES DE ALTO TONELAJE

“Ocurre un hecho que es difícil de controlar con medidas mitigatorias de seguridad, como lo es el tránsito de vehículos de carga pesada que presenten un problema del sistema de frenos como al parecer fue el caso del día 31 de julio”, señala el secretario regional ministerial de Obras Públicas, Raúl Fuhrer, quien recalca que esa situación no debería haber ocurrido porque los camiones de más de 10 toneladas y/o más de dos ejes no deben ingresar al centro de la ciudad, de acuerdo a la Resolución 3150 del Ministerio de Transportes, del 3 de enero de 2009.

Entre los considerando de la resolución figura la información entregada por el MOP respecto del término de obras en el camino La Pólvora en junio de 2008. “Desde esa fecha, estos camiones deben ingresar a Valparaíso por el acceso sur, es decir, camino La Pólvora, que se construyó justamente para estos fines. Esa es la ruta de acceso para los camiones”, puntualiza el seremi MOP.

El doctor René Espinoza plantea que “a Valparaíso plan no deberían entrar vehículos pesados, para eso está el camino La Pólvora, que también es una vía peligrosa porque tiene pendientes muy fuertes, pero es para vehículos pesados, se ha hecho para los que entran y salen del puerto”.

En el mismo sentido se pronuncia el capitán Ricardo Sepúlveda, jefe de la Tenencia Carreteras Peñuelas y de la Sección de Investigación de Accidentes de Tránsito (SIAT) de Valparaíso, quien complementa: “Los últimos siniestros que han ocurrido en esa área son producto del factor humano, el cual puede variar entre conducción desatenta, desconocimiento del sector, consumo de alcohol y superación de la velocidad crítica de la curva”.

BAJA INCIDENCIA DE DEFICIENCIAS VIALES

El secretario regional ministerial de Transportes, José Emilio Guzmán, aporta datos contundentes en el tema, que refrendan la incidencia del factor humano como principal causa de accidentes.

“De acuerdo a estadísticas entregadas por Carabineros y procesadas por la Comisión Nacional de Seguridad del Tránsito (Conaset) del Ministerio de Transportes, durante el año 2020 en la Región de Valparaíso se registró un total de 7.225 siniestros viales de los cuales sólo el 1,9% está asociado a fallas mecánicas de los vehículos y un 1,4% a deficiencias viales”, expone.

Y agrega que “el resto se debe a imprudencias como exceso de velocidad, distracción, desobediencia a las señales, alcohol en la conducción e imprudencia de peatones, entre otras”, incluido el uso indebido de dispositivos celulares.

Señala igualmente que gran parte de los siniestros ocurridos en Santos Ossa son protagonizados por transporte de carga o vehículos mayores, en su mayoría conducidos por personas que no conocen el lugar, en circunstancias que la tecnología disponible permite conocer de antemano las rutas a recorrer, lo que es especialmente relevante para quienes tienen licencia profesional.

“También es fundamental que el conductor permanezca siempre en las condiciones óptimas para realizar este tipo de viajes, que esté bien alimentado, que no haya conducido durante muchas horas seguidas, que no esté consumiendo medicamentos que le pudieren generar somnolencia, entre otros aspectos”, detalla.

CAMPAÑA COMUNICACIONAL Y MÁS CONTROL

A la hora de plantear sugerencias, el académico Franco Basso (PUCV) considera que en el último tiempo se ha ido avanzando en medidas como resaltos o información sobre velocidades, “pero va a ser muy difícil modificar los patrones de conducción sin que haya una política relevante sobre lo grave que es circular a exceso de velocidad por esa bajada”, para lo cual plantea la necesidad de una potente campaña comunicacional que permita entregar esa información a todos los usuarios de la vía, pero particularmente a los conductores de vehículos pesados.

“Si se avanza en una campaña comunicacional, si se generan más alertas para advertir el riesgo -podría haber un contador de accidentes, por ejemplo, instalado con varios kilómetros de antelación-, si en el mediano plazo se genera infraestructura para vehículos más pesados, podemos tener una situación un poco mejor y más segura para los próximos años”, opina.

Claudio Acuña (USM): “Habría que evaluar el rediseño de la ruta, pero eso sería una inversión de gran magnitud y tendría que abordarse considerando los preceptos de la Conaset, del Ministerio de Transportes y otros ministerios que puedan participar. Eso por un lado. Por otro, controlar el cumplimiento de las normas que debemos respetar todos como usuarios de las vías, entre ellas que los camiones de gran tonelaje deben dirigirse a Valparaíso por el camino La Pólvora. Lo que pasa en Santos Ossa es muy reiterativo”.

René Espinoza (UV) piensa que mejorar la bajada es casi imposible, por lo que apunta a un control más estricto. Ejemplifica con las normas en Alemania, donde hay vías cuya velocidad mínima para vehículos livianos es de 120 k/h, pero los pesados no pueden ir a más de 80 k/h. “Porque un vehículo grande, cuando se descontrola, tiene una masa cuya energía genera fuerzas tales que a veces escapan al control del conductor y de los elementos de control del mismo vehículo. Podemos decir entonces que la velocidad manda”.

Dice que en los países europeos “los camiones y los buses llevan un dispositivo que mide la velocidad del mismo, que controla el tiempo de manejo del conductor -no puede pasar de cuatro horas continuas- y otras propiedades del vehículo en forma permanente, y eso lleva a un tráfico más seguro. Este dispositivo de control lo instalan y operan las empresas que manejan estos transportes. Es un disco que se pone en la mañana, cuando el vehículo sale del depósito y se recoge en la noche, cuando termina el servicio”.

MEDIDAS DE SEGURIDAD Y ACTITUD RESPONSABLE

Entre los trabajos realizados por el MOP en el primer semestre para minimizar los riesgos de ocurrencia de accidentes en el sector de Santos Ossa, figuró la instalación de una serie de elementos de encauzamiento y señalización de tránsito, como sello de alta fricción, barrera de contención móvil en el eje de la calzada, radar de control de velocidad de panel variable y resaltos reductores de velocidad, además del mejoramiento de la iluminación del sector, explica el seremi Raúl Fuhrer.

Se trata de “un buen proyecto, que incorporó todas las medidas orientadas a mejorar la señalización, a reducir la velocidad- que es el factor que genera los volcamientos en dicha bajada- y a advertir sobre la curva que espera a los conductores al llegar a la avenida Argentina”, opina el seremi de Transportes, José Emilio Guzmán.

Sin embargo, agrega, “nada de esto sirve si los usuarios hacen un uso irresponsable, desconociendo las normas, cometiendo infracciones e imprudencias. No existe ninguna autopista en el mundo, por más segura que sea, a prueba de imprudencias viales”.

Dice que la seremía que dirige, “y en específico la Unidad Operativa de Control de Tránsito y Conaset, siempre estamos dispuestos y disponibles para aportar en implementar mejoras, pero dado que ese tramo es de tuición de Vialidad, corresponde a ellos decidir al respecto”.

Raúl Fuhrer concluye con un anuncio: “El MOP está iniciando el estudio integral de la concesión Ruta Periférica, que busca generar conectividad en el Gran Valparaíso. Dicho estudio incorpora también la bajada Santos Ossa”. Esperemos las novedades.

Fuente: El Mercurio Valparaíso